La mayoría de las molestias empiezan a percibirse cuando el nervio óptico ya se encuentra deteriorado en un 40 % aproximadamente, de allí la importancia de la conmemoración de este día, para que más personas tomen conciencia de lo fundamental que es el diagnóstico oftalmológico temprano. La Carrera de Técnicos Ópticos nos ofrece una serie de consideraciones sobre los factores de riesgo y las estrategias de prevención.
Desde 2008, cada 12 de marzo, se celebra el Día Mundial del Glaucoma, una de las enfermedades oculares más frecuentes. Si no es detectada y tratada a tiempo, puede provocar pérdida de visión y ceguera, en personas de cualquier edad. Engloba varias enfermedades oculares que pueden ocasionar el deterioro visual del paciente. Por la degeneración progresiva a nivel del nervio óptico, que a menudo se asocia con presión intraocular elevada y se caracteriza por la pérdida del campo visual.
Cabe recordar que el nervio óptico es el encargado de enviar la información de la retina, imágenes percibidas por el ojo, a la corteza visual en el lóbulo occipital del cerebro.
La elevación de la presión intraocular suele ocurrir cuando los fluidos internos del globo ocular son producidos pero no drenados como corresponde y se acumulan, este exceso de líquido o humor acuoso es el que aumenta la presión y ocasiona el consiguiente daño del nervio óptico que se encuentra en la parte posterior del ojo.
Se denomina comúnmente ´el enemigo silencioso´ dado que muchas veces las personas no perciben síntomas hasta que la enfermedad se encuentra más avanzada y el deterioro visual ya es irreversible. Por ser una patología asintomática es difícil su detección en las fases iniciales.
Si bien no tiene cura, detectada a tiempo, se puede frenar y la persona puede conservar una buena agudeza visual por muchos años y sin llegar a perder su visión.
Se calcula que 50 % de quienes la padecen lo desconocen, de allí la importancia de la concientización en realizarse los chequeos oftalmológicos periódicos y la difusión de la temática con campañas públicas.
Según cifras de la Organización Mundial de la Salud y asociaciones de glaucoma, se estima que en el mundo más de 70 millones de personas sufren esta enfermedad, siendo la segunda causa más frecuente de ceguera a nivel global después de las cataratas, y la primera de ceguera irreversible. Para 2040 se calcula que estas cifras podrían llegar a los 111 millones de personas afectadas.
TIPOS DE GLAUCOMA Y SÍNTOMAS
El humor acuoso es un líquido transparente que llena la cámara anterior interna del ojo, es producido por el cuerpo ciliar, pasa a través de la pupila y drena a través de la malla trabecular, como se ha dicho, cualquier alteración en el flujo de salida del humor acuoso provoca una presión intraocular elevada.
Existen diferentes tipos, el más común se conoce como glaucoma de ángulo abierto y son menos frecuentes, el glaucoma de ángulo cerrado y el glaucoma congénito en niños pequeños, entre otros.
En el glaucoma de ángulo abierto, la alteración del flujo de salida resulta de la disfunción del sistema de drenaje, hay una ausencia de síntomas en las etapas iniciales, progresivamente aparecen puntos ciegos dispersos en la visión lateral o periférica y en etapas posteriores hay dificultad en la visión central.
En el glaucoma agudo de ángulo cerrado, la alteración del flujo de salida resulta de la oclusión del propio ángulo de la cámara anterior, lo que impide el acceso del humor acuoso al sistema de drenaje, puede presentar dolor de cabeza y de ojos intenso, náuseas o vómitos, visión borrosa, halos o anillos de colores alrededor de las luces y enrojecimiento de los ojos.
En el glaucoma en niños, el médico observará, en el caso de los bebés, el ojo nublado u opaco, aumento del parpadeo, lágrimas sin llanto. En niños mayores, pueden manifestarse visión borrosa, dolor de cabeza y miopía que empeora.
FACTORES DE RIESGO QUE DEBEN TENERSE EN CUENTA
● Presión intraocular (PIO) elevada.
● Ser mayor de 40 – 45 años.
● Antecedentes familiares de glaucoma.
● Determinadas afecciones como: diabetes, migrañas, presión arterial alta.
● Córneas delgadas en su zona central.
● Miopía o hipermetropía elevada.
● Lesiones oculares o determinados tipos de cirugía ocular previas.
● Trasplantes de córnea.
● Empleo de medicamentos con corticoides, sobre todo colirios, durante tiempos prolongados.
Un dato casi desconocido es que los familiares directos de un paciente con glaucoma tienen un 10 % más de probabilidades de padecer algún tipo de degeneración del nervio ocular.
PREVENCIÓN
La consulta oftalmológica en forma periódica y temprana es indispensable para el control de la presión ocular en todas las edades, principalmente entre personas de entre 40 y 45 años. Si el profesional médico hallara valores superiores a lo normal, es posible que indique otros exámenes complementarios a fin de determinar de forma fehaciente el diagnóstico y tratamiento correcto para el paciente. Este puede incluir gotas tópicas, medicación sistémica e incluso indicar una intervención quirúrgica con el fin de regular y normalizar la presión, y así detener el deterioro o posible daño visual. Cabe aclarar que ninguno de estos estudios realizados o indicados por el médico oftalmólogo es doloroso. Así mismo, la indagación de los antecedentes o historial oftalmológico del grupo familiar es enriquecedora ya que el glaucoma puede tener un componente hereditario.
RECOMENDACIONES
● Las personas diagnosticadas con glaucoma deben tener precaución con el ejercicio físico intenso debido a que esto puede incrementar su presión intraocular. Se sugiere realizar actividades moderadas y bajo supervisión.
● Utilizar la medicación recetada por el médico de forma apropiada y respetando las indicaciones. Los colirios para glaucoma reducen considerablemente el riesgo de que la presión ocular aumente.
● Como hábito saludable, se recomienda la ingesta diaria de una dieta equilibrada, con abundantes vegetales de hoja verde y frutas. Estos alimentos contienen vitaminas y minerales que protegen la salud.
● Utilizar protección ocular ante la práctica de deportes de impacto o trabajos hogareños que puedan ocasionar lesiones a nivel de los ojos. Muchas de ellas derivan en glaucoma.
● Adquirir los anteojos siempre en ópticas habilitadas ya que dispensan materiales ópticos con la protección a radiaciones dañinas, como los rayos UV, que pueden también producir un aumento de la presión y otros daños a nivel ocular.
● Los filtros anaranjados palían el malestar que produce la fotosensibilidad y mejoran el confort visual, se recomiendan para pacientes con degeneración macular asociada con la edad, glaucoma, atrofia del nervio óptico y cataratas, entre otras patologías.
Finalmente, como se ha dicho, la mayoría de las molestias empiezan a percibirse cuando el nervio óptico ya se encuentra deteriorado en un 40 % aproximadamente, de allí la importancia de la conmemoración de este día, para que más personas tomen conciencia de lo fundamental que es el diagnóstico temprano.
Por favor, divulgue, podría ayudar a evitar la pérdida de visión irreversible de alguna persona.
Betsabé Ollivier, Verónica Penachino, Valeria Biggeri, Stella Maris Marinaro, Ariel Carrón, Alejandro Lucho y Andrea Rachich. Los autores son ópticos técnicos, docentes de la Tecnicatura Universitaria en Óptica y Contactología, de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA.