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En los últimos años en la Argentina se incrementó notablemente el consumo de platos elaborados con pescados y mariscos crudos, así en la dieta gourmet de las clases media-alta y alta no falta sushi, sashimi y ceviche. En el otro extremo, poblaciones de muy bajos recursos, que pescan para subsistir, también consumen pescado crudo o mal cocido, pero por motivos nada ´gourmets´. Esto puede conducir a enfermedades como la anisakiosis y la pseudoterranovosis, que constituyen un riesgo latente en Sudamérica. En necesario establecer regulaciones para controlar esta problemática emergente, advierten las docentes del Área Parasitología Clínica, de la Facultad de Farmacia y Bioquímica, UBA.

Es vulgar y erróneamente llamada “la enfermedad del sushi”, pero se trata de un reduccionismo, porque no tan solo por comer sushi podemos instalar unos polizones en nuestro organismo… También el consumo de sashimi, ceviche y otros manjares crudos o escasamente cocidos a la plancha o con microondas, salados, ahumados, en vinagre o marinados, pueden conducir a enfermedades como la anisakiosis y la pseudoterranovosis. Ahora bien, este riesgo de infección se puede reducir —a nivel industrial— mediante el examen visual de los peces, la eliminación de los parásitos y, naturalmente, la confiscación de los peces parasitados. Las larvas perecen cuando son sometidas a temperaturas superiores a los 60 °C durante al menos 1 minuto, o por el contrario, cuando el pescado que se consumirá crudo se mantenga congelado a -20 °C durante siete días o congelamiento brusco y rápido a -35 °C y mantenerlo durante 15 h, tal como recomienda la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de los EE. UU.

El consumo de sushi, sashimi, ceviche y otros manjares crudos o escasamente cocidos a la plancha o con microondas, salados, ahumados, en vinagre o marinados, pueden conducir a enfermedades como la anisakiosis y la pseudoterranovosis.

El primer diagnóstico de este tipo de parasitosis fue realizado en Buenos Aires en julio de 2010 por el equipo liderado por la doctora Claudia Menghi, jefa del Laboratorio de Parasitología Clínica, del Departamento de Bioquímica Clínica, en el Hospital de Clínicas José de San Martín. Se trató del caso de una niña de 9 años residente en Longchamps, provincia de Buenos Aires, de muy baja condición socioeconómica, que eliminó a través de sus heces una larva de tercer estadio de anisákido. Había sido derivada al Hospital de Clínicas de la UBA con diagnóstico de otomiasis, así es que “se le extrajeron 3 larvas del conducto auditivo derecho con las características morfológicas de Cochliomyia hominivorax. La paciente presentaba desnutrición crónica por pautas higiénico-dietéticas deficitarias, sintomatología gastrointestinal inespecífica y no estaba escolarizada. Del interrogatorio a la familia sobre sus hábitos alimentarios, el consumo de pescado obtenido de la pesca representaba la principal fuente alimenticia”, según reza la historia clínica. A lo que se agrega que, posteriormente: “En el examen macroscópico de materia fecal, se observó la presencia de un gusano de color blanquecino de aproximadamente 4 cm de longitud. Se procedió a la consulta con The Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de Atlanta, EE. UU., mediante la remisión de imágenes fotográficas y se determinó que el parásito pertenecía al complejo Anisakis-Contracaecum”.

Las larvas perecen a temperaturas superiores a los 60 °C durante al menos 1 minuto, o por el contrario, cuando el pescado que se consumirá crudo se mantenga congelado a -20 °C durante siete días o congelamiento brusco y rápido a -35 °C y mantenerlo durante 15 h.

“Debido a la precaria condición social y económica, presumiblemente la infección ocurrió por el consumo de pescado crudo o mal cocido obtenido por medio de la pesca. La presencia conjunta de otros varios enteroparásitos en la paciente probablemente produjo enmascaramiento de los síntomas específicos del anisákido. En ocasiones las larvas se visualizan mediante estudios de gastroscopia o radiografías. Además, pueden expulsarse en forma espontánea por la boca o aparecer en la materia fecal sin la presencia de sintomatología”

OTRAS HISTORIAS CLÍNICAS SINGULARES

Para ese mismo año, otra comunicación fue realizada por un equipo del Hospital Italiano de Buenos Aires. Una mujer de 33 años, sin antecedentes, nacida y residente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que había consultado por un cuadro de dolor abdominal difuso y diarrea acuosa de pocas horas de evolución: hacía 12 horas había consumido sushi y sashimi. El cuadro se autolimitó en 48 h sin medidas terapéuticas específicas. Su pareja, quien había compartido la cena, presentó un cuadro similar pero que no motivó consulta médica. Al comenzar con la sintomatología, la paciente rebuscó en el recipiente del delivery, y encontró una larva junto a las piezas de sushi remanentes. Este espécimen fue derivado a Parasitología del Hospital Italiano para su estudio y resultó ser un ejemplar de anisákido.

Larva de Pseudoterranova cattani

Posteriormente, el 11 de agosto de 2018 un hombre de 44 años, también residente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ingresó al servicio de urgencias portando un gusano de color blanquecino a rojizo de 5 cm de longitud. Relató que había comido salmón ahumado el 4 de agosto. Además, explicó que había preparado un ceviche con mero y lenguado que compró en la misma tienda. Durante esa semana presentó síntomas respiratorios y congestión nasal, y posteriormente expulsó esa larva cuando vomitó luego de sentir una “rara sensación” en la garganta (un “hormigueo”, expresó). No presentó síntomas alérgicos. El espécimen fue enviado al Laboratorio de Parasitología del Hospital de Clínicas de Buenos Aires, donde se realizó un diagnóstico presuntivo de Anisákido. Luego, en el Departamento de Parasitología, INEI, ANLIS  “Dr. Carlos G. Malbrán” se realizó la identificación molecular: era una larva del anisákido Pseudoterranova cattani. “Este representa uno de los pocos casos de P. cattani diagnosticados en la ciudad de Buenos Aires”.

ANISAKIDOSIS. RIESGO LATENTE EN SUDAMÉRICA

Los anisákidos infectan amplias poblaciones de peces en el mundo. Más de 25.000 casos de anisakidosis ocurren anualmente en Japón y en los Estados Unidos se ha informado una incidencia de 10 casos nuevos por año. La larva del tercer estadio, en el caso de los anisákidos puede infectar a humanos que ingieren pescados o derivados piscícolas crudos o mal cocidos, hábitos alimenticios que pueden llegar a causar, en algunos casos, síntomas clínicos muy graves.

La anisakidosis es un riesgo latente en Sudamérica, por lo tanto, es necesario establecer regulaciones adecuadas para un control eficiente de esta problemática parasitaria emergente en la región.

“La anisakidosis es una infección causada por larvas de nematodos que pertenecen a varios géneros dentro de la familia Anisakidae. El término anisakidosis se refiere a la enfermedad causada por cualquier miembro de la familia Anisakidae, pero mientras que la anisakiosis es causada por miembros del género Anisakis, la pseudoterranovosis se refiere a la enfermedad causada por el género Pseudoterranova. Los anisákidos más comunes encontrados en humanos son: Anisakis simplexPseudoterranova decipiens P. cattani. Otros anisákidos menos comunes que se encuentran en humanos son Contracaecum spp. e Hysterothylacium spp.”, como describen Menghi y colaboradores en un artículo reciente de la Revista Argentina de Microbiología.

Larva de tercer estadio de anisákido

Si bien la infección humana por anisakis se registra principalmente en Japón debido al consumo habitual de sushi y sashimi, también ocurre en los Países Bajos por el alto consumo de arenque y América Latina, por los ceviches (también cebiche, sebiche o seviche, según el país hispanoamericano con costas sobre el océano Pacífico donde se lo prepare). Otros informes de anisakiosis humana provienen de Bélgica, Alemania, Noruega, Canadá, Dinamarca, Tailandia, Nueva Zelanda, Suiza, Argentina y Estados Unidos. En Chile, la mayoría de los casos notificados se debieron a Pseudoterranova spp., en particular P. cattani. En Lima, Perú, se informaron casos de P. decipiens, en pacientes que habían ingerido ceviche.

Según la ubicación de las larvas, se distinguen tres formas de anisakidosis: la gástrica o gastroalérgica, en la que el tejido afectado es la pared del estómago; la intestinal, cuando los nematodos se instalan en la mucosa intestinal; la extra- gastrointestinal, cuando las larvas se asientan en las cavidades abdominal y/o pleural, mesenterio, hígado y tejidos subcutáneos. Cualquiera de ellas pero, especialmente las dos primeras, pueden presentar formas agudas o crónicas.

Las características clínicas dependerán de si las larvas solo se adhieren a la mucosa del tracto gastrointestinal o invaden los tejidos. Las larvas a veces migran por el esófago y se adhieren a la garganta, provocando tos o una sensación de cosquilleo. En ese caso, las larvas pueden expectorarse o eliminarse en las heces. Cuando las larvas penetran en la pared del estómago pueden provocar gastritis, con dolor epigástrico intenso, diarrea, náuseas y vómitos. Los síntomas generalmente se desarrollan dentro de las 48 horas posteriores a la ingestión de larvas. A veces pueden ocurrir reacciones anafilácticas. Se han aislado 14 alergenos del Anisakis resistentes al calor y al congelamiento, que son responsables de las distintas reacciones alérgicas al pescado.

La mejor protección consiste en brindar educación pública sobre los peligros de comer pescado crudo o mal cocido y, también recomendar que se evite el consumo de pescado marino o calamar ahumado, marinado o salado.

El diagnóstico definitivo se realiza mediante la recuperación de la larva por endoscopia, donde se puede visualizar y extirpar directamente. Los análisis de biología molecular tienen utilidad epidemiológica para determinar las especies dentro del género. En cambio, el diagnóstico microscópico se ve obstaculizado por la falta de características morfológicas distintivas en los estadios larvales. La extirpación quirúrgica de las larvas invasoras es curativa. Con respecto al tratamiento, los corticosteroides pueden disminuir la respuesta inflamatoria a las larvas, pero no se dispone aún de fármacos antihelmínticos eficaces”.

La anisakidosis es un riesgo latente en Sudamérica, por lo tanto, es necesario establecer regulaciones adecuadas para un control eficiente de esta problemática parasitaria emergente en la región. La mejor protección consiste en brindar educación pública sobre los peligros de comer pescado crudo o mal cocido y, también recomendar que se evite el consumo de pescado marino o calamar ahumado, marinado o salado.

Amalia Beatriz Dellamea, Centro de Divulgación Científica y Equipo de gestión editorial de FFyB En Foco, Facultad de Farmacia y Bioquímica, Universidad de Buenos Aires.

Claudia Menghi, bioquímica y doctora por la Universidad de Buenos Aires, profesora adjunta del Área Parasitología Clínica, Cátedra de Microbiología Clínica, Departamento de Bioquímica Clínica, Hospital de Clínicas José de San Martín, Facultad de Farmacia y Bioquímica, UBA.
Claudia Gatta, bioquímica jefa de trabajos prácticos del Área Parasitología Clínica, Cátedra de Microbiología Clínica, Departamento de Bioquímica Clínica, Hospital de Clínicas José de San Martín, Facultad de Farmacia y Bioquímica, UBA.
Liliana Arias, bioquímica, ayudante de primera parcial del Área Parasitología Clínica, Cátedra de Microbiología Clínica, Departamento de Bioquímica Clínica, Hospital de Clínicas José de San Martín, Facultad de Farmacia y Bioquímica, UBA.

Bibliografía consultada

Menghi, Claudia Irene; Comunale, Eduardo; Gatta, Claudia Liliana. Anisakiosis: primer diagnóstico en Buenos Aires, Argentina. Revista de la Sociedad Venezolana de Microbiología, vol. 31, núm. 1, enero-junio, 2011, 71-73.

Menghi; Claudia I.; Gatta, Claudia L.; Arias, Liliana; Santoni, Gabriela; Nicola, Federico; Smayevsky, Jorgelina; Degese, María F.; Krivokapich, Silvio J. Infección humana con Pseudoterranova cattani por ingesta de ceviche en Buenos Aires, Argentina. Rev. argent. microbiol.,vol.52, no. 2, jun. 2020.

Cahn Florencia. Primer reporte de anisakidosis en Argentina. Sociedad Argentina de Infectología. Mar del Plata, 2011. https://www.hospitalitaliano.org.ar/personas/conf_contenido/con_articulos_descripcion.php?idpersona=281&id_trabajo=7498&titulo=PRIMER%20REPORTE%20DE%20ANISAKIDOSIS%20EN%20ARGENTINA