Cada año, el segundo jueves de octubre se celebra mundialmente el Día de la Visión, con el fin de aumentar el grado de sensibilización y compromiso, y de garantizar a todos el derecho a ver. Conmemorar este día constituye un llamamiento a impulsar la prevención de la ceguera y generar conciencia social sobre la importancia de la salud visual y los tratamientos aplicables para evitar la pérdida parcial o absoluta de la visión.
De acuerdo con datos de 2010, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 285 millones de personas en el mundo presentan algún tipo de discapacidad visual, de las cuales 39 millones son ciegas; sin embargo, un 80% de esos casos podrían haber sido evitados o curados.
La prevención y el tratamiento de la pérdida de la visión se cuentan entre las intervenciones de salud más eficientes y con mejores resultados. Estas intervenciones incluyen la cirugía de cataratas asociada a personas de edad, la prevención del tracoma, la inmunización contra el sarampión, la distribución de suplementos de vitamina A para la prevención de la ceguera infantil y la entrega de anteojos con corrección, entre otras.
Algunos síntomas que pueden indicar un problema visual en adultos son:
● Visión borrosa al tratar de ver objetos de cerca o lejos.
● Dolores de cabeza a la altura de la sien.
● Visión doble.
● Ojos llorosos o lagrimeo excesivo.
● Dificultad para adaptar la visión en lugares oscuros.
● Alta sensibilidad a la luz o brillo.
● Ojos rojos o hinchados.
● Problemas de lectura.
● Fatiga visual.
En niños, los síntomas más comunes que pueden indicar algún trastorno de la salud visual son que:
● Se frote mucho los ojos.
● Tuerza o desvíe un ojo o ambos.
● Se siente muy cerca del televisor.
● Acerque mucho los objetos al rostro.
● Tenga un párpado caído.
● Se tropiece con frecuencia.
Las principales causas de discapacidad visual:
● No haber corregido los errores de refracción (miopía, hipermetropía o astigmatismo),
● Cataratas
● Tracoma
● Maculopatías
● Glaucoma.
Los grupos de riesgo están constituidos por personas mayores de 50 años y niños y adolescentes menores de 15 años.
El sentido de la vista nos brinda una percepción de la imagen, favorece el desarrollo de la memoria visual, conciencia del yo, ubicación de los objetos en el espacio y relación con el entorno. Y, si bien, dentro de nuestro sistema sensorial la visión representa un 80% de la información que recibimos, la salud visual es, no obstante, muy poco valorada por las políticas de estado y sobre todo por las personas que no comprenden la importancia de perderla.
La Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA, a través del Programa de Salud Visual “El cristal con que se mira” y la Práctica Social Educativa, asignatura de la Tecnicatura Universitaria en Óptica y Contactología, recorre durante todo el año barrios vulnerables del cordón sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, buscando generar conciencia social sobre la importancia de la prevención y los tratamientos que pueden aplicarse para evitar la pérdida parcial o absoluta de la visión. Así también, con el fin de brindar atención oftalmológica, con la prescripción y la adaptación de los anteojos de visión lejana y cercana, según los requerimientos del caso.
Constituye una realidad hoy que, con el aumento de las estimulaciones visuales y la exposición prolongada de la vista a pantallas, tanto de monitores, tabletas y celulares, los problemas de visión han aumentado notoriamente. Asimismo, es muy común el uso de anteojos pregraduados que a la larga producen más daños que beneficios, ya que no están bien centrados, poseen aberraciones y no contemplan la corrección de astigmatismos; o el uso de anteojos de vecinos o conocidos por no poder acceder a comprar uno, ni consultar a un oftalmólogo para conseguir la prescripción.
Por todo lo dicho es muy importante recordar los siguientes consejos:
● al menos una vez por año se debe realizar una consulta oftalmológica, en la que se evaluarán la visión de lejos y de cerca, la necesidad o no de usar anteojos o lentes de contacto, se tomará la presión ocular y se realizará la exploración del fondo de ojo para descartar cataratas o problemas en retina o diagnosticarlos;
● mantener una alimentación balanceada, que también ayudará al buen funcionamiento de la salud visual; y
● siempre confeccionar los anteojos recetados o de sol en una óptica habilitada donde el profesional buscará la mejor opción, tanto estética como funcional, y tomará las medidas correspondientes para que queden centrados, utilizando materiales de la mejor calidad óptica, sin aberraciones y con filtros para evitar daños en la retina y el cristalino por el ingreso de radiaciones UV y otras.
Desde la Facultad de Farmacia y Bioquímica intentamos ayudar a aquellas personas que no tienen acceso a las consultas oftalmológicas, ni a la confección de anteojos en una óptica, a través del Programa de Salud Visual. Además ofrecemos capacitación continua y prestaciones que permiten el acceso a prótesis oculares para los pacientes que lo requieran.
OT. Florencia Bovone, OT. Verónica Penachino, OT. Betsabé Ollivier, Tecnicatura Universitaria en Óptica y Contactología. Facultad de Farmacia y Bioquímica, UBA