La experiencia anticipatoria del desempeño profesional promueve el pensamiento integral y refuerza las herramientas necesarias para preparar a los futuros graduados en la vida posuniversitaria. Propicia el trabajo en equipo entre docentes y alumnos y permite revisar y actualizar los perfiles profesionales tradicionales en un entorno de permanente cambio. La propuesta se centra en cuatro pilares fundamentales: aprendizaje basado en problemas, simulación, pensamiento de diseño y pensamiento crítico, con el fin de propulsar un modelo de enseñanza dinámico que responda a las demandas del ejercicio profesional farmacéutico.
La pandemia de la COVID-19 ha situado a los trabajadores de la salud como la primera línea de defensa. Por ello, es imprescindible proveer a los graduados de las herramientas necesarias para hacer frente a los desafíos de la vida real. Desde el punto de vista curricular, la fragmentación de contenidos a menudo conlleva a dos grandes deficiencias: el conocimiento frágil y el pensamiento pobre. La enseñanza poderosa da cuenta de un abordaje teórico actual, permite pensar al modo de la disciplina, mira en perspectiva, está formulada en tiempo presente, ofrece una estructura original, conmueve y perdura.
El aprendizaje integral permite al estudiante hacer conexiones que van más allá de la experiencia curricular y se aplican a situaciones nuevas y complejas. Si bien la Práctica Profesional Obligatoria es parte de la formación de grado, se hace necesaria la implementación de actividades complementarias de integración curricular. Por ello, el abordaje de estrategias multidisciplinarias en el proceso de formación es clave para favorecer el desarrollo de huellas cognitivas.
El primer paso consiste en identificar correctamente a los destinatarios. En este caso, se trata de los estudiantes del último año de la carrera de Farmacia. La metodología Persona es atractiva desde el punto de vista educativo porque permite capturar las características más relevantes en los diferentes perfiles y así poder actuar sobre necesidades concretas que surgen de ellas. Las “personas” son personajes ficticios que representan las características sobresalientes de un usuario real.
La propuesta pedagógica se centra en cuatro pilares fundamentales:
Pilares teóricos de la propuesta
Existen dos modalidades de funcionamiento cognitivo: la lógica argumentativa y la narrativa. En este último caso, se busca convencer mediante la verosimilitud con la realidad. El estudio de casos es un instrumento educativo complejo que reviste la forma de narrativa. Los buenos casos se construyen en torno de problemas que se basan en la vida real. El caso plantea, además, “preguntas críticas o de orden superior” cuya resolución implica una calidad de pensamiento diferente.
El pensamiento de diseño plantea un enfoque multidimensional, centrado en la persona (el alumno, en la propuesta educativa; el paciente, en la realidad profesional) e innovador. Para el docente, puede facilitar la integración curricular y mejorar la práctica educativa; en los estudiantes, permite combinar conocimientos y destrezas para prepararlos en su práctica profesional. Consta de cinco etapas: empatizar, definir, idear, prototipar, testear. Con cada iteración, el sistema se perfecciona y se establece un ciclo de mejora continua.
El pensamiento crítico implica deshacerse de información inútil y centrarse solamente en los hechos relevantes que afectan el proceso de toma de decisiones. De esta manera, se compromete activamente a los estudiantes como responsables de la problemática; organiza el currículum en torno de planteos holísticos que generan aprendizajes significativos e integrados, que promueve la indagación y la comprensión profunda.
Existen muchas estrategias de simulación aplicadas a la enseñanza. En un modelo simple, es posible utilizar un aula virtual del campus y aprovechar las herramientas que brinda el entorno Moodle.
Preliminarmente, la propuesta incluiría tres asignaturas del ciclo superior de Farmacia: Farmacobotánica, Tecnología Farmacéutica I y Tecnología Farmacéutica II, que se interconectan en un orden establecido.
El objetivo general consiste en promover la concepción de una visión integral del currículum por parte de alumnos y docentes que se adapte dinámicamente a las demandas del ejercicio profesional. Mientras que, como objetivos específicos, nos hemos planteado familiarizar a los alumnos con los principios del pensamiento de diseño y pensamiento crítico, promover la capacidad de toma de decisiones informadas y procurar la utilización de estrategias integrales para la resolución de problemas.
Cómo trabajaremos
La etapa piloto demanda la conformación del equipo de trabajo, constituido por un líder de proyecto y 3 docentes, representantes de cada asignatura quienes serán los tutores. Posteriormente se realizarán encuestas y entrevistas semiestructuradas a los estudiantes del último año del Ciclo Superior de la Carrera de Farmacia con el fin de establecer las diferentes “personas” resultantes del estudio. Tradicionalmente estos han sido: investigador/a-docente; farmacéutica/o de industria, oficinal y de hospital. Se trabajará con un grupo reducido de alumnos, representantes de cada una de las Personas identificadas de manera que la muestra sea balanceada.
Ya en la etapa de presentación del caso, la actividad combinará la modalidad virtual y presencial y en su etapa piloto se planteará como un taller electivo. El contenido interactivo se alojará en el aula virtual del campus de la facultad, en entorno Moodle. A su vez, los alumnos desarrollarán actividades prácticas en cada una de las asignaturas participantes donde contarán con tutores que los orientarán y evaluarán su progreso. La hoja de ruta se presenta a continuación, con tres etapas (una por materia). En cada una, se observa el ciclo correspondiente al pensamiento de diseño. Para avanzar, es necesario superar las etapas en el orden predeterminado. De esta manera, las materias no son compartimientos estancos, sino que se articulan en forma dinámica.
La hoja de ruta de la actividad
Finalmente, conviene resaltar que la articulación e integración de contenidos curriculares no es única responsabilidad del alumno sino también de los docentes y, en este sentido, las reformas de los programas de estudio han tenido como meta la mejora continua. Esta visión integral obliga a pensar “fuera de la caja” respecto a la propia asignatura (se debe saber qué contenidos se van a integrar y qué se está dando en otras asignaturas) y a la enseñanza tradicional en un entorno en cambio permanente.
La estrategia planteada permitirá, por un lado, revisar y actualizar los perfiles profesionales tradicionales y sus características relevantes. Por el otro, planteará un trabajo conjunto de alumnos y docentes para identificar las fortalezas, debilidades, oportunidades y demandas de uno y otro grupo.
Referencias
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