El quiebre total de las rutinas provocado por la pandemia del SARS-CoV-2 demanda, inexorablemente, de miradas múltiples, diversas, transversales, oblicuas. Desde En Foco continuamos ofreciendo abordajes de las distintas aristas que admite este inédito fenómeno, este encontronazo. En esta ocasión, pondremos en crisis la cuestión de la información. Ángela Bernardo, periodista científica española, formada inicialmente en ciencias, cree que durante esta pandemia “la gestión de información y su comunicación se ha revelado como una debilidad”, y así lo ha expresado en un artículo1 que nos ofreció el despertar del domingo 21 de junio de 2020 en el diario El País, de Madrid, medio de referencia para las comunidades hispanohablantes. Con un sugestivo, a la vez que inapelable título, ese artículo nos interpeló: “Los problemas de usar datos del siglo pasado para una pandemia del siglo XXI”.
En la tercera actualización de esta sección especial destinada al coronavirus de En Foco estaba planificado que nos abocaríamos a esa cuestión. Por eso les compartimos dos contribuciones de la doctora Marina Travacio, de la cátedra de Química General e Inorgánica de la Facultad de Farmacia y Bioquímica, sobre big data y salud pública. “Vivimos en un mundo lleno de datos y cuando están debidamente organizados, analizados e interpretados, esos datos son una herramienta poderosa que está produciendo grandes avances en diferentes disciplinas, incluyendo la salud pública”, propone. Pero, también, nos advierte: “Simplemente recolectar datos no es suficiente, no debe perderse la capacidad de generar preguntas que necesitan ser respondidas y de discutir ideas. Los datos deben ´curarse´: extracción, organización, transformación, sistematización, y luego deben ser analizados con procesamiento estadístico”.
Nótese que escindimos la problemática de la “información”, de los cuestionamientos que reclama la “Comunicación”. A las debilidades que experimentó, y está experimentando, la comunicación nos abocaremos en una próxima actualización. Muchas y muchos insensatos las habían dado por equivalentes. Pero no. Información y comunicación son harinas de costales diferentes. Tan solo las tecnologías, apenas las tecnologías, per se, aun las más avanzadas, han mostrado a las claras su insuficiencia, como todos los docentes ya lo sabemos. Hemos destinado la segunda actualización de esta sección especial a esa problemática2.
Y EN OTRO ORDEN DE COSAS
Esta actualización también nos brinda la posibilidad de hablar de otro problema candente y actual. Siguiendo al catalán Ignacio Ramonet, doctor en Semiología e Historia de la Cultura en la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París, suscribimos la idea de que estamos naufragando en una “crisis social total”3, donde de súbito todas las instituciones sociales, políticas, económicas, educativas, sanitarias, económico-financieras… colapsaron al unísono. Todas las esferas y actividades humanas se vieron afectadas. Esto incluye, por supuesto, también las actividades ilegales, ilícitas, criminales… como el narcotráfico. “Rutinas, costumbres, se han visto modificadas. ¿Qué sucede en cuanto a los narcotraficantes, dealers y consumidores?”, se pregunta Eduardo Barreiro, especialista nacional avanzado contra el narcotráfico (SEDRONAR) y docente de la cátedra de Legislación Farmacéutica de la Facultad de Farmacia y Bioquímica, UBA. Y concluye que “en definitiva, drogas, narcotráfico, medicamentos, automedicación y pandemia, lamentablemente, siguen entre nosotros. Pero, también, se precisan políticas de Estado serias, concertadas, coordinadas, perdurables, que comprendan las funciones y responsabilidades de un mundo globalizado. He aquí la solución. No hacer nada no es una opción aceptable”.
Se trata de una apropiada época para no olvidar los estragos del narcotráfico, nos previene. Para él, “es una oportuna fecha para la reflexión. Según el último informe de las Naciones Unidas, la situación es complicada, tanto así que se estima que en el mundo hay aproximadamente unos 280 millones de consumidores de drogas, lo que representa cerca de un 6% de la población mundial adulta. Los consumidores problemáticos representan aproximadamente un 12% del total de esos consumidores”.
Por supuesto, la cuestión de los consumidores problemáticos y el incremento de las adicciones a drogas “legales”, como el alcohol y el tabaco, que dicen los especialistas se han incrementado alarmantemente durante las cuarentenas, nos excede por lejos. Son áreas de trabajo y reflexión para Facultades hermanas, como Psicología y Medicina. A ellos les dejamos esa tarea.
Los equipos de trabajo de En Foco los invitamos a reflexionar sobre estas preocupantes cuestiones, juntos en la distancia. Parece el título de un exitoso bolero del cantautor cubano César Portillo de la Luz, de 1946… Pero no.
- Llaneras, Kiko. Los problemas de usar datos del siglo pasado para una pandemia del siglo XXI. El libro de la pandemia / 2. El País, 21 de junio de 2020. https://elpais.com/sociedad/crisis-del-coronavirus/2020-06-20/los-problemas-de-usar-datos-del-siglo-pasado-para-una-pandemia-del-siglo-xxi.html ↩︎
- http://157.92.150.226/enfoco/especial-coronavirus-ffyb-en-accion-ii-parte/ ↩︎
- http://157.92.150.226/enfoco/especial-coronavirus-ffyb-en-accion/ ↩︎