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UNICEF hizo un fuerte llamado de concientización y acción a padres, docentes y la comunidad toda al respecto. En los últimos años la moda infantil, la ropa, los juguetes, las películas, la música y la publicidad bombardean a los niños, sobre todo a las niñas, fomentando su sexualidad y su físico como la única manera de tener éxito en la vida, imponiendo un canon de belleza y dando valor a partir del deseo sexual que despiertan.

“La hipersexualización de niños y niñas es una entrada para la normalización del abuso sexual, el matrimonio infantil y la explotación sexual. Y como tal, no puede ser aceptada bajo ningún concepto. No hay excusa para disminuir la importancia y gravedad de esta situación”, así se manifestó la UNICEF frente a este acuciante, a la vez que creciente, problema.
El primero en acuñar el término hipersexualización (HI) fue Reg Bailey, en Gran Bretaña, en el ´Informe Bailey´ de 2011, titulado Letting Children be Children (Dejen que los niños sean niños). Allí se expresa: La sexualización vinculada a la infancia se define como «la sexualización de expresiones, posturas o códigos de la vestimenta considerados como demasiado precoces». La HI generada desde la publicidad, la moda, la televisión, los concursos de belleza infantiles, algunos temas musicales y sus videoclips, y también ahora, desde internet y en especial las redes sociales, proyectan una imagen adulta de la infancia incitando a las niñas a copiarlos.

¿Y si los dejamos ser niños?

Desde la Asociación Psicológica Americana (APA) aseguraron que este fenómeno afecta mayormente a las niñas, en cerca de 1.5 % de los anuncios se exhibe a menores en una manera sexualizada, de los cuales un 85 % son niñas. Su impacto negativo se evidencia, fundamentalmente, en lo que hace a su autoestima, sus escalas de valores ahora tienen su centro en el éxito social que radica en su cuerpo y actitudes sexuales, llevando esto a un desarrollo de la sexualidad que ya no es acorde con su edad en cuanto a contenido y los predispone, además, a no reconocer los signos precoces del abuso sexual infantil.
La UNICEF en la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989 considera por niño y niña a: “todo ser humano menor de dieciocho años, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad (…) Reconociéndolos como individuos con derecho al pleno desarrollo físico, mental y social, y a expresar libremente sus opiniones.”

Hay gran expectativa de concientización sobre el tema, hay que seguir trabajando desde las distintas áreas.

Los niños muy pequeños, preescolares, son naturalmente poco recatados y pueden exhibir abiertamente su curiosidad acerca del cuerpo y sus funciones, incluso ante otras personas. Ya una vez en la escuela primaria (aproximadamente a los 7 -12 años), su conciencia de las reglas sociales aumenta; se vuelven más recatados y quieren más privacidad. Es común que cuando se acercan a la pubertad empiecen a demostrar interés sexual y romántico en niños o niñas de su edad.
En este desarrollo normal, cuando aparecen las conductas de HI, es frecuente que también encontremos conductas de los adultos que las estimularon, reforzándolas, como la sexualización de las niñas en los medios de comunicación, tanto en dibujos animados y películas como en concursos de belleza, reality shows e, incluso, construcción de canales de you tube con niñas influencers que muestran conductas típicamente adultas. Se suma a esto el marketing, donde la imagen infantil se utiliza como forma atrayente para vender en el mercado de la moda, por ejemplo.
Como señala Natalia Savio: “Cada vez con mayor frecuencia, la imagen de los niños aparece manipulada por el mundo adulto que le asigna comportamientos inadecuados. Es decir, en acciones o actitudes adelantadas para la edad de los niños que aún no pueden asimilarlas o elaborarlas psíquicamente”. Savio es licenciada en Psicología, docente de Psicología Evolutiva I y Psicología del Desarrollo de la Facultad de Psicología, Universidad Nacional de San Luis.

HIPERSEXUALIZACIÓN INFANTIL: ¿UN FENÓMENO VIEJO CONOCIDO O NUEVO POR CONOCER?
La erotización, principalmente de niñas no es nueva, como antecedente se cita la figura de la ´Lolita´, pequeña seductora que opera en la cultura desde antes que la industria cultural, como ha señalado Pilar González Anastasía, licenciada en Letras Modernas y doctora en Estudios de Género, investigadora del Centro de Estudios Avanzados, Universidad Nacional de Córdoba. Sin embargo, nos interesa ahora enfocarnos en el mercado actual que pone de relieve el cuerpo sexuado, erotizado y ´adultizado´ de las niñas con discursos publicitarios, programas de televisión, letras y videos de canciones, comercialización de juguetes, entre muchos otros. Todas esas discursividades producen normativas corporales y de conducta específicas para la infancia como es la HI. La investigadora de la Universidad Pablo de Olavide, Gema Otero, experta en coeducación, sostiene que la hipersexualización es un “mecanismo claro para la deshumanización de las niñas”, pues así ellas normalizan el ser tenidas en cuenta únicamente a través de su aspecto.

“La hipersexualización de niños y niñas es una entrada para la normalización del abuso sexual, el matrimonio infantil y la explotación sexual. Y como tal, no puede ser aceptada bajo ningún concepto” (OMS).

De la sexualidad infantil muy poco se hablaba, el primer gran aporte fue dado por el psicoanalista Sigmund Freud que describió como era la sexualidad natural y normal infantil. Luego en el siglo XIX se niega la existencia de la sexualidad infantil, diciendo que esta es una “etapa asexual”. Posteriormente vuelve a ser tema de discusión a través del movimiento contra el abuso sexual infantil, emergido en la década de 1980 en Estados Unidos y en la de 1990 en la Argentina.

CONSECUENCIAS DE LA HI: UN SALTO AL ABISMO SIN ALAS NI RED DE CONTENCIÓN
La doctora en Comunicación y profesora de la Universidad Nebrija, experta en comunicación y publicidad, Carmen Llovet, advierte que existen numerosos estudios sobre las consecuencias negativas de la HI en su desarrollo cognitivo, psicológico y social. Se ha demostrado que la exposición a imágenes sexualizadas disminuye las habilidades cognitivas de los menores, fomenta su autocosificación y su pérdida de autoestima. También se ha probado que la autosexualización entre las adolescentes y preadolescentes disminuye sus resultados académicos y su motivación para conseguirlos. Incluso se ha verificado que las niñas que aparecen sexualizadas en diferentes medios son percibidas como menos competentes, inteligentes, capaces, resueltas, atléticas, agradables o simpáticas.
Con respecto a la infancia, Reg Bailey ha señalado como elementos sexualizantes los mismos que sexualizan a los adultos y que se reproducen en los productos de moda infantil (estampados animales, escotes pronunciados, zapatos de tacón, ropa con eslóganes o ilustraciones con significado erótico) y en las posturas y gestos que adoptan los menores en las fotografías comerciales y en los estilismos de moda.

HIPERSEXUALIZACIÓN INFANTIL: ¿FENÓMENO O NATURALIZACIÓN?
Una prueba evidente puede verse en los concursos de belleza infantiles de gran audiencia, en especial en países como los EE.UU., aunque nada tienen que envidiarle los concursos de China, Tailandia o la India. Las niñas y, en mayor proporción sus propias madres, hacen todo por ganar la contienda mediante el uso de exagerados maquillajes y vestuarios, pestañas y uñas postizas, corpiños con rellenos, lentes de contacto de colores, peinados, zapatos de tacones. Así también les depilan las cejas, las someten a sesiones de rayos ultravioleta e, incluso, les inyectan botox… Ya para 2018, se estimaba que el negocio movía unos 5.200 millones de dólares al año en el mundo. ¿Y si los dejamos ser niños?
Así también, con el advenimiento de las tecnologías de la información y las telecomunicaciones (TICs) a la vida cotidiana se evidenció la expansión de la pornografía; la gente común cada vez más genera y hace circular sus propios textos e imágenes sexuales, a menudo por placer y no por lucro. Los niños y adolescentes suelen ser tempranos consumidores de pornografía.
Incluso en la música encontramos HI, por ejemplo, el reguetón (RG) en sus letras despectivas hacia las mujeres, que intentan acrecentar la masculinidad del hombre rodeado de numerosas mujeres, deseado, infiel y conquistador. Se parte de la tendencia recurrente al dinero, las joyas, los automóviles lujosos, las mansiones y las mujeres como símbolo de estatus que deslumbra a jóvenes que anhelan tal ascenso económico. Esas letras plantean una seria amenaza, sin precedentes en las relaciones sociales entre adolescentes, que son los mayores consumidores de este estilo musical. En un estudio realizado en España, por las universidades de Barcelona y Jaime Primero de Castelón, titulado “Reguetón y representación de la mujer: un estudio en educación secundaria”, realizado sobre 460 alumnos de ese nivel educativo de diversos centros de enseñanza, se destaca la siguiente conclusión: “La letra de las canciones, la mayoría las comprenden y cuanto más les gustan, más les gusta el RG, sobre todo a los chicos (62 %, frente al 38 % de chicas), coincidiendo también con que no son los mejores estudiantes. Por el contrario, el 31,19 % ha contestado que no gusta para nada las letras del RG, respuestas que provienen de alumnos con mejores notas, quienes le atribuyen un contenido excesivamente sexual y un trato de la mujer como objeto sexual”.
Respecto al “sexting”, intercambio consentido de material sexual explícito, ha crecido enormemente como práctica naturalizada sobre todo en adolescentes. En el sitio web de noticias estadounidense Examiner, se expone que el 66 % de las adolescentes y el 60 % de los chicos afirman que envían sexting por diversión o por coquetear, además de que el 44 % de los adolescentes aseguran que es normal compartir estos mensajes con terceros. Este tipo de prácticas promueve la cosificación del cuerpo humano, lo convierten en un producto más del mercado, listo para ser consumido.
No debemos olvidar el último boom de la moda cybernética dado por la red “Only Fans” que no solo permite consumir y producir material erótico/pornográfico, sino también capitalizarlo. Para utilizar esa red no hay requisitos de edad, en consecuencia, muchas adolescentes son productoras de esos contenidos. Lo grave es que no lo consideran como una forma de prostitución, e ignoran los graves riesgos a que quedan expuestas, desde poner el cuerpo en tráfico como objeto de venta pornográfica hasta el ciberacoso.

¿QUÉ HACER CON LA LAVA CALIENTE CUANDO EL VOLCÁN ERUPCIONA?
Ante esta situación encontramos investigaciones más profundas, como el informe de APA que ya en 2007 alertaba: La HI ha generado un peligro que afecta más a las niñas, directamente su autoestima y autovaloración, y es que ellas integran el ideal del prototipo femenino como objeto sexual pasivo, perpetuando numerosos estereotipos sexistas que acaban por mantener y agravar los problemas de violencia de género y desigualdad. En ese contexto, la prevención sociocultural constituye una vía de solución factible de realizar.

Quienes ejerzan la patria potestad, tutela o guarda y custodia, deberán orientar, supervisar y, en su caso, restringir, las conductas y hábitos de los menores que menoscaben su honra o reputación.

Respecto al sexting, en la Argentina se promueven numerosas campañas de prevención, desarrolladas por organizaciones no gubernamentales. Desde el Estado, el 21 de marzo de 2018 se aprobó en la Cámara de Senadores la Ley 24.736 que penaliza la tenencia de material pornográfico. También la atención sobre los riesgos de las prácticas en internet converge en relación con otra problemática específica: el acoso o abuso sexual virtual llamado “grooming”, que en 2013 ya había sido tipificado como delito en el Código Penal, con la sanción de la Ley 26.904.
Se sabe que la publicidad sexual utilizada en distintos países varía en función de los valores culturales y de las normas sociales imperantes en ellos, es decir, la intensidad del contenido sexual publicado por una misma revista en distintos países difiere, entre otras cosas, según la libertad sexual imperante en cada país. Por ello UNICEF, especificando cómo realizar estos cuidados por parte de los medios de comunicación, ha elaborado “Pautas para la cobertura periodística sobre temas de niñez y adolescencia”.
Por todo esto, para las personas adultas comprender los riesgos que suponen la creación y el intercambio de contenidos digitales es fundamental, ya que son ellos los que deben enseñar a los niños y adolescentes con el ejemplo y advertirlos de que todo lo publicado en línea ya no es privado, así como que se pueden exponer a riesgos como el ciberacoso, el cyberbullying, el grooming, e incluso correr hasta el riesgo gravísimo de ser captados por redes de pedofilia. Para atender este problema, el Ministerio de Salud de la República Argentina ha publicado en diciembre de 2022 la “Guía para el acompañamiento de los niños, niñas y adolescentes en los entornos digitales”.

Toda la información que reciben durante su etapa de desarrollo será determinante para su crecimiento físico, psicológico y emocional.

Para concluir, conviene recordar que quienes ejerzan la patria potestad, tutela o guarda y custodia, deberán orientar, supervisar y, en su caso, restringir, las conductas y hábitos de los menores que menoscaben su honra o reputación, sean contrarios a sus derechos o los pongan en riesgo, conforme al principio de interés superior de la niñez; y que toda la información que reciben durante su etapa de desarrollo será determinante para su crecimiento físico, psicológico y emocional.
Todos los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a vivir la etapa de desarrollo que les corresponde de forma sana y progresiva.

María Flor Echevarría Avellaneda es médica tocoginecóloga, especialista en sexología clínica por la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) y con doctorados en Psicología: Terapia Cognitivo Conductual (TCC), UNNE-UBA y Terapia Sistémica (TS), Escuela Sistémica Argentina. Dirige la Comisión de sexualidad de la Asociación Argentina de Menopausia y Andropausia (AAMA) y es miembro de la Comisión científica y de redes sociales de la Federación de Sexología (FESEA). Columnista en ginecología y educación sexual en tres programas radiales en CABA y Resistencia, Chaco.
Nayruth Canquiz es médica especialista en cirugía pediátrica por la Universidad Central de Venezuela (UCV), vive y ejerce en Buenos Aires desde hace 5 años en guardia de emergencia pediátrica y realiza ayudantías a equipos quirúrgicos pediátricos.
Se formaron como comunicadoras en salud en la Sociedad Argentina de Periodismo Médico (SAPEM) de la Asociación Médica Argentina.