Las luchas, como término más general, y los movimientos estudiantiles, como nomenclatura quizás más específica, constituyen un tipo de movimiento social, protagonizado por estudiantes, que se aglutina en centros académicos, tiene una perspectiva propia y generalmente actúa en forma independiente de distintos tipos de autoridad, puede considerarse esta una definición al uso bastante consensuada hoy.
Como señaló el investigador mexicano Daniel Casés Menache estos movimientos aparecieron prácticamente aparejados al surgimiento de las universitas studiorum en la época medieval. El experto señaló que la primera protesta estudiantil de carácter universitario de que se tenga noticia ocurrió en Bolonia (Italia) a mediados del siglo XII.
Para la investigadora argentina María Cristina Vera de Flachs “a pesar del protagonismo de los movimientos estudiantiles en América Latina desde la época colonial, su estudio tampoco concitó la atención que se merecía dentro de la historiografía universitaria latinoamericana hasta hace pocas décadas. Quizás porque esos ´actores flotantes´, como los denomina Bourdieu, no eran considerados importantes. Por tal razón, en nuestro país y, en Córdoba en particular, el tema desde esa perspectiva no tuvo mayor injerencia, a pesar de que un movimiento como el del ́18 (conocido como Reforma Universitaria) ha sido estudiado casi desde el mismo momento en que se produjo”.
Ahora bien, ya centrados en territorios americanos, el primer movimiento estudiantil parece haber sido el que tuvo lugar en Puebla durante 1647, cuando el virrey-arzobispo Juan de Palafox y Mendoza, al instrumentar su reforma educativa y eclesial-regalista, tuvo problemas con la orden de los jesuitas a quienes pretendía limitar su participación en la educación popular. Los alumnos de los jesuitas, muchos de ellos hijos de empresarios coloniales o futuros cuadros de la administración novohispana, protestaron contra las decisiones del virrey e iniciaron una lucha que duró seis años, al fin de la cual pudieron derrotar las pretensiones del jerarca colonial.
Otro antecedente destacable fue estudiado por Leticia Pérez Puente, investigadora mexicana experta en Historia colonial, y en particular, en Historia de la Universidad de México en el siglo XVII. Relata la experta que “en la noche del 12 de marzo de 1671, según declaraciones del marqués de Mancera, virrey de la Nueva España, los estudiantes se amotinaron y tomaron la Universidad”. Este alboroto había tenido como detonante los conflictos surgidos en la provisión de la cátedra vitalicia de prima de la Facultad de Teología. Se trató de un concurso de antecedentes en el que contendieron el doctor Juan de la Peña Buitrón, racionero de la catedral, y el fraile agustino fray Diego Velázquez de la Cadena. Destrozos, golpizas, intrigas, amenazas de muerte, sobornos… Una narrativa de lectura muy recomendable, con argumento, trama y personajes que nada tienen que envidiar a un best seller.
Al decir del historiador y politólogo mexicano J. René Rivas Ontiveros, con la expulsión de los jesuitas de las colonias españolas en el siglo XVIII, se produjeron numerosas movilizaciones estudiantiles en la nación mexicana, por citar entre otras, las sucedidas en Pátzcuaro, Guanajuato y San Luis Potosí. En el caso de esta última, como parte de los “castigos ejemplares”, las autoridades gubernamentales ejecutaron a 69 manifestantes, hecho que constituye un antecedente colonial de lo que sería la masacre de Tlatelolco, con la represión militar del 2 de octubre de 1968, donde se estima que murieron al menos unas 300 personas y se registraron más de 700 heridos.
En Colombia, la experta Diana Soto Arango, rescata la ocurrencia de una movilización conjunta de alumnos y académicos por la renovación de la enseñanza efectuada en Santafé de Bogotá a fines del siglo XVIII, donde, a través de una literatura panfletaria, se refleja el acceso de los criollos a las posturas ilustradas y sus anhelos frente a las prerrogativas de los peninsulares. Con ello, señala la historiadora, se iría plasmando una actitud proclive a la independencia y al sentimiento de americanidad.
Por su parte, la historiadora mexicana Leticia Pérez Puente señala como “el primer movimiento estudiantil del México independiente”, a una huelga que se desarrolló entre el 21 de abril al 8 de mayo de 1875. El motivo aparente –destaca—fue la expulsión de tres alumnos becados que, a juicio de Francisco Ortega, director de la Escuela Nacional de Medicina, habían infringido la disciplina del plantel. Los participantes de la huelga, así como sus comentaristas en la prensa llamaron al proceso la búsqueda de una “Universidad libre”. El movimiento llegó a publicar el 30 de abril un manifiesto titulado “A la República Mexicana” y a crear una gaceta estudiantil llamada La Enseñanza Libre.
LAS LUCHAS EN LOS ALBORES DEL SIGLO XX
Ya en el siglo XX, en Chile hubo durante 1906 una gran protesta por la intervención gubernamental para designar un rector. Como respuesta a este conflicto se fundó la Federación Universitaria de Estudiantes de la Universidad de Chile.
Al año siguiente, en la Universidad Mayor de San Marcos de Lima se constituyó el Centro Universitario. En Perú también puede citarse el Conflicto Universitario de Arequipa en 1907. Generado por las deficiencias pedagógicas, económicas y administrativas más una enconada lucha por la elección del rector entre un grupo conservador y otro denominado liberal. El rector solicitó al gobierno la clausura del Ministerio de Instrucción pública, aduciendo que el estado de la universidad era tal que no resultaba posible encausarla por los caminos legales. El gobierno designó como interventor a Antonio Delgado Calle, quien restableció la normalidad en la universidad. En 1907, 1908 y parte de 1909 se registraron levantamientos estudiantiles en la Universidad del Cusco. El 13 de marzo de 1909 algunos alumnos y egresados fundaron la Asociación Universitaria del Cusco, que tuvo una actuación protagónica en los sucesos del 7 de mayo de 1909, cuando expulsaron a los catedráticos que estaban reunidos en sesión en el salón general, mediante el uso de petardos y hasta disparos de armas de fuego.
En la Argentina, además del conflicto de 1871, del que dimos cuenta en otro texto de esta serie, es de destacar una prolongada huelga en la Facultad de Derecho en 1903 a raíz del pedido de rebaja de aranceles y reformas del sistema de exámenes. También hubo revueltas y reclamos en 1904 y 1906. Finalmente, los centros de estudiantes existentes aunaron criterios y en 1908 constituyeron una Junta Universitaria Provisoria que el 11 de septiembre de ese año se iba a constituir en la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA).
En este contexto de creciente poder de organización estudiantil, se llevó adelante en Montevideo el I Encuentro de Estudiantes Americanos entre el 26 de enero y el 8 de febrero de 1908. En 1910, los estudiantes se reunieron en Buenos Aires y en 1912 el Encuentro se llevó a cabo en Lima. El IV congreso que estaba programado para 1914 en Santiago de Chile debió ser suspendido porque el inicio de la primera gran guerra no brindaba un contexto propicio. Al decir de Vera de Flachs “a partir de la reunión de Montevideo de 1908 en adelante es visible cómo esa red de relaciones tejió en América Latina una nueva dimensión de los movimientos, lo que se afianzó después de la Reforma de Córdoba de 1918”.
Fuentes consultadas
Casés Menache, Daniel. “La Universidad en los procesos de democratización”. Revista de la Universidad de México, núm., 2008.
http://www.revistadelauniversidad.unam.mx/5608/cazes/56cazes.html
Marsiske, Renate (coord.). Movimientos estudiantiles en América Latina. Tomo I. Centro de Estudios sobre la Universidad – UNAM y Plaza y Valdés S.A., México (D.F.), 1999.
Pérez Cruz, José Enrique. Las luchas estudiantiles en México. Cuadernos de Educación Sindical 90. Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, s/f.
http://www.stunam.org.mx/8prensa/cuadernillos/cuaderno90.html
Pérez Puente, Leticia. Una revuelta estudiantil en 1671. ¿Intereses estudiantiles o pugna de autoridades? En Marsiske, Renate (coord.), op. cit., pp. 19-39.
Rivas Ontiveros, J. René. Prólogo. En José Enrique Pérez Cruz, op.cit. pp. 1-2.
Soto Arango, Diana. “El movimiento de catedráticos y estudiantes en Santafé de Bogotá a fines del siglo XVIII”. En Marsiske, Renate (coord.), op. cit., pp. 40-60.
Vera de Flachs, María Cristina . “Un precedente de la reforma del ́18: el I Congreso Internacional de Estudiantes Americanos. Montevideo 1908”. Documentos. Extensión. UNICEN http://beu.extension.unicen.edu.ar/xmlui/bitstream/handle/123456789/252/…
Amalia Beatriz Dellamea, Centro de Divulgación Científica, FFyB