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Un material cerámico es una tierra con ciertas características a la que se agregó agua y luego se la sometió al fuego. A través del tiempo, todas las civilizaciones han utilizado algún tipo de cerámica. Algunos alcanzaron un saber tan profundo que sus objetos aún perduran. Culturas como la china, persa, egipcia, griega, y en América, mochica (Perú), zapoteca (México), aguada (Argentina) para señalar unas pocas expresaron su conocimiento de la materia en las piezas más diversas. Luego será a partir del crecimiento de las poblaciones y de la necesidad de conservar las medicinas, que se comenzarán a usar a los materiales cerámicos para realizar una gran variedad de vasijas destinadas a su administración y almacenamiento.

En cuanto a la relación con la Farmacia su uso se fue consolidando con el tiempo con el objetivo de mantener y almacenar cada droga o preparado farmacéutico en condiciones óptimas en un envase que así lo permita. Por esto los recipientes fueron evolucionando, buscándose que sean cada vez más impermeables, resistentes a las sustancias y a su manipulación, e inclusive funcionales para su empleo en el trabajo diario. Con el agregado que también por su colorido y diversidad de formas fueron pensados incluso para decorar y embellecer el recinto de la botica.

TIPOS DE MATERIALES CERÁMICOS

Se obtiene un material cerámico a partir de arcilla, que es la fracción fina de un suelo o sedimento, cuyas partículas tienen un diámetro de dos micras o menos. Se forman por descomposición de rocas feldespáticas en procesos geológicos. El mineral de arcilla más usual es la caolinita que es un silicato laminar compuesto. Esta tiene como característica la plasticidad que permite su moldeo al ser mezclada con agua, y da como resultado una pasta o masa que luego al ser cocida adquiere dureza y resistencia. Pero dependiendo de la composición de la arcilla, de la presencia de otros minerales, de la intensidad del fuego al ser cocida, del tiempo y de la técnica empleada, se obtendrán distintos tipos de cerámicas con propiedades diferentes.

Una forma de clasificar a los cerámicos es por el color de su pasta (en rojizos y blancos) y por su porosidad. Debido esta última característica se han procurado a través del tiempo distintas formas de recubrir a los recipientes, para no perder contenido por el resumo de los líquidos y semilíquidos, y la adhesión de los sólidos a sus paredes. Aparecieron así los esmaltes y barnices. Se los diferencia porque mientras los primeros son opacos, los segundos son una cubierta transparente. Ambos tienen la capacidad impermeabilizar a las superficies.

A continuación presentamos una clasificación básica de cerámicos que se utilizaron para producir objetos farmacéuticos, basada en las características de la pasta usada (color y porosidad según los diferentes componentes), la presencia de esmalte/barniz, y de la temperatura de cocción. Dado a que la composición de estos depende de cada fábrica, de las técnicas usadas y de los autores se procederá a describirlos en forma genérica, pudiendo existir en la práctica varias versiones de un mismo material:

1.- Terracota o cerámica cocida: se parte de arcillas rojas (con alto contenido de hierro) a las que se somete a un fuego de 800-1000 °C2. Se obtiene un material resistente pero poroso, por lo que se utilizaron mayormente para guardar semillas, trozos de vegetales, polvos. Su interior puede impermeabilizarse para disminuir la adherencia a sus paredes.

Fig. N°1- terracota. Estratto di Genziana- StabilimentoChimicoFarmaceutico e Industriale, Firenze – Italia. Museo de Farmacia

2.- Mayólica (del español) o maiolica(del italiano) o loza de barro: es un barro cocido recubierto con un esmalte opaco con dióxido de estaño que le otorga un aspecto blanquecino. La pasta es una arcilla con una absorción del 10-15 % de agua, que se cuece a una temperatura entre 900-1050 °C3. Fue introducida en la Península Ibérica por los árabes hacia el siglo XIII y luego pasó a Sicilia por el comercio, desde donde se difundió a toda Italia especialmente en la ciudad de Faenza.

Las mayólicas hispano-moriscas producidas por los alfares se decoraban con una cubierta o esmalte con pigmentos de óxido de cobalto (azul) y cobre o manganeso (verde o marrón).

Durante el Renacimiento su producción alcanzó un verdadero auge, extendiéndose a los objetos para la botica, decorados especialmente en Italia con diversos motivos con pigmentos (óxidos de minerales) amarillos, azules, verdes, rojos.

Llegaron al continente americano luego de la conquista, especialmente las provenientes de Talavera de la Reina.

El ejemplar que tiene el Museo de Farmacia es contemporáneo, es una botella de la Certoza di Firenze (Florencia, Italia), Monasterio de la orden de Cartuja (de mediados del siglo XV), que aún hoy sigue produciendo con las técnicas antiguas.

Fig. N°2 – mayólica botella, siglo XX, Certosa di Firenze – Italia. Museo de Farmacia

3.- Loza fina: surge de la búsqueda de una pasta que iguale a la porcelana china. Es el resultado de las diferentes etapas que recorrieron una gran cantidad de talleres y fábricas europeas en su investigación químico-tecnológica. Tuvo un gran desarrollo especialmente en Inglaterra, tanto que frecuentemente se la denomina para identificarla como “loza inglesa”.

La loza fina es una cerámica blanquecina no vítrea, esmaltada (con cubierta de óxido de plomo) o no, cuyas temperaturas de procesado están entre 1050 y 1150 º C2. Con una pasta compuesta de arcilla blanca, sílice, y creta y/o feldespato en menor proporción. Con textura muy porosa, áspera, algo granulosa y poco densa. Tiene una capacidad de absorción de agua del 10 al 20%. Algunos especialistas juzgan su calidad por la de su barniz, ya que cuando este se araña fácilmente con un cortante significa que es malo. Por su porosidad se barniza su superficie para impermeabilizarla.

En Europa se generaron distintas variedades de loza fina. En función de la composición y temperatura de procesado se distinguen tres tipos: blanda o calcárea, mixta (feldespático-calcárea) y dura o feldespática.

En la Argentina fue a partir de la segunda mitad del siglo XVIII que se introdujeron lozas, la mayoría vajilla, producidas en Gran Bretaña.

Con este material se realizaron potes para linimentos y pomadas, y frascos mayormente de uso decorativo, o para contenidos secos (polvos, semillas), o semisólidos. Una forma de distinguirla de la porcelana, es porque cuando se fractura o rompe, presenta una pasta granulosa y porosa, y también por la presencia habitualmente de un esmalte vitrificado o barniz como cubierta, que con el paso del tiempo se puede craquelar (Fig.N°3)

Fig. N°3 – craquelado de la loza

4.- Gres: es un cerámico no poroso y opaco procedente de arcillas semi refractarias o refractarias. En general, las pastas para emplear como gres químico están compuestas por 30-70 % de arcilla (gresificable); 5-25 % de feldespato y 30-60 % de cuarzo. Luego de cocer a una temperatura de unos 1100-1300°C  alcanza la vitrificación parcial obteniéndose un material resistente, duro, impermeable. Su color puede variar entre tonos grises, ocres o rojizos.

El gres fue fabricado desde dinastía Song en China mientras que en Europa se descubrió en la región de Renania (Alemania) hacia el siglo XII. Esta zona fue el centro de la producción del llamado “gres alemán” caracterizado por presentar a modo de terminación una cubierta realizada a la sal. Esta se obtiene por vertido de cloruro de sodio en el horno durante la cocción, generando vapores fundentes que originan una superficie externa de aspecto vítreo en el objeto.

A partir del siglo XVII su fabricación comenzó a difundirse en el resto de los países. En Inglaterra, fábricas como Solomon Maw& Son (S. Maw& Son, denominada así desde 1860-1940) de Londres dedicada a equipos e instrumental médico-farmacéutico, produjo morteros. Un objeto que utilizado para triturar polvos, semillas y otras sustancias sólidas a fin de disminuir su tamaño, aprovechando la resistencia de los recipientes hechos con este tipo de pasta. Se caracteriza por presentar un pico vertedor y pie, con un pilón con mango de madera (Fig.N°4)

También BOURNE, DENBY, de la ciudad de DERBY (Inglaterra) produjo tisaneras (infusionpot) destinadas al suministro de tisanas y de té en instituciones, aprovechándose también su menor fragilidad. La frase “esmalte sin plomo” está estampada en la base del ejemplar existente en el museo (Fig. N°5)

Fig. N° 4 Mortero S. MAW and SON LONDON ENGLAND. Museo de Farmacia
 
Fig. N°5 Tisanera (infusionpot) con esmalte sin plomo Bourne Denby England. Museo de Farmacia

5.- Porcelana: procedente de arcillas caolínicas blanquecinas es un material blanco, no poroso, vitrificado y traslúcido (espesor menor a 3 mm), compacto y homogéneo, duro, impermeable, resonante cuando se lo golpea suavemente, de baja elasticidad. Fue muy utilizado en la Farmacia por su alta resistencia al ataque químico y al choque térmico. Ideal para la conservación de todo tipo de sustancias sólidas y semisólidas en frascos y botes, y para líquidos, en botellas y botellones. Es el material cerámico usado con preferencia en el laboratorio y farmacia.

Se originó en China en época de la dinastía Han (206 a.C. a 220 d.C.) e introducida en occidente por Marco Polo hacia 1295. Su elaboración fue guardada como un “secreto”

hasta que en el siglo XVIII (1708 -1709), se descubre en Europa la forma de fabricación de la verdadera porcelana, conocida como porcelana de pasta dura.

Augusto II, elector de Sajonia y rey de Polonia, le encomendó a Friedrich Böttger la búsqueda de la fórmula que este alquimista conseguiría después de cientos de pruebas y de trabajo arduo. Mezcló caolín (una tierra fina y grisácea de las minas de Kolditz) con alabastro calcinado y feldespato, y lo llevó a cocción en horno a 1300 -1400 °C, durante doce horas seguidas. En 1710 fundó una fábrica en Meissen (Sajonia, actualmente Alemania) manteniendo el secreto de su composición. Pero posteriormente, algunos de sus trabajadores se trasladaron a otros países, difundiendo el secreto de la fórmula y dando paso a otras fábricas de porcelana en Austria (Porcelana de Viena) e Italia (Capodimonte en Nápoles). También, dado el interés por este material se producirá un importante desarrollo en otras naciones como Inglaterra, Francia y Rusia.

La porcelana tal como hoy se la conoce tiene una composición con variaciones que dependen de las fábricas. Pero en general se puede decir que la pasta o masa está integrada por:

Caolín entre un 50 % y un 55 %

Cuarzo entre un 22,5 % y un 25 %

Feldespato entre un 22,5 % y un 25 %

El proceso de fabricación consta de una cocción que se realiza en dos etapas. La primera a 900-1000° C y la segunda a temperaturas entre 1350 y 1400 ° C3.

La fábrica de JosiahWeedgwood en Inglaterra produjo morteros de biscuit (porcelana cocida sin esmaltar) desde 1779. En Italia Richard Ginori de Milán ofrece una línea completa de distintos objetos farmacéuticos como albarellos (botes), pildoreros, copas, embudos y otros utensilios de porcelana. Ambos establecimientos exportaron sus productos a la Argentina. También llegaron albarellos de diferentes tamaños y formas desde Alemania -algunos presentan grabado en la base GERMANY-, y de Francia de la firma Gosse de París y de fábricas de Limoges.

Fig. N° 6 –  pildorero porcelana, Extracto de Catecú – Ginori Italia. Museo de Farmacia

En nuestro país, la fábrica cordobesa GUNTHER produjo cápsulas, embudos, y morteros de este material, y botes la bonaerense DRESDEN.

Farm. María Beatriz Cardoso

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