Según datos del Banco Mundial, entre 40 y 60 millones de personas, al menos, habrían caído en la pobreza extrema en 2020 como resultado indefectible de la pandemia de covid-19. La desnutrición, diversas enfermedades crónicas y el VIH/sida, sumado a las malas condiciones de vivienda y el hacinamiento poblacional son indeseables aliados para la progresión y el recrudecimiento de la tuberculosis, con lo que todo indica un esperable aumento de los casos en el mediano y el largo plazo. No por nada se ha venido hablando de sindemia dado que la covid no es una única patología que se abate sobre la población mundial, sino que se conjunta con otras epidemias y terminan siendo mucho más que la simple suma de ellas.
Gran número de países han debido decretar cuarentenas y confinamientos para prevenir o controlar la propagación del SARS-CoV-2; se presume que estas medidas, destinadas a evitar otro mal, podrían haber incrementado los contagios de tuberculosis al aumentar el contacto con personas enfermas, en especial en los países de mediano y bajo índice de desarrollo. Pero además, la atención urgente y prioritaria de la pandemia global determinó que la mayoría de los recursos humanos y materiales disponibles fuesen desviados a la lucha contra este nuevo flagelo, dejando muchos otros flancos desguarnecidos. También, el miedo al contagio provocó que las personas no acudieran a los centros sanitarios, a lo que se suman las dificultades de acceder a los servicios de salud, carencias largamente advertidas. Esto es un ´combo´ que previsiblemente generará retrasos en el diagnóstico y el tratamiento de la tuberculosis (y de otras tantas enfermedades).
El tiempo no para. “Ahora nos quedan menos de dos años para cumplir nuestras promesas y tomar medidas respecto de los compromisos asumidos en la Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas (UNHLM) sobre la tuberculosis en 2018; y el reloj no se detiene”, alertaba a principios de 2021 el Consorcio Stop TB, en un llamamiento titulado The Clock Is Ticking*. A lo que agregaba: “La Alianza Alto a la Tuberculosis y todos los socios hacemos sonar la alarma de que, si bien nos concentramos en la covid-19, cada día siguen muriendo 4.000 personas y 27.000 se enferman de tuberculosis”. Es que, para los miembros del Consorcio, la respuesta centrada exclusivamente en el combate a la pandemia de covid-19 hará perder unos 5 años del proceso hacia la eliminación de la enfermedad.
LA TUBERCULOSIS EN NÚMEROS
Un total de 1.4 millones de personas murieron de tuberculosis en 2019 (entre ellas, 208.000 con VIH). La tuberculosis es una de las 10 principales causas de muerte y la principal causa por un único agente infeccioso (por encima del VIH/sida) en todo el mundo.
Se estima que, en 2019, enfermaron de tuberculosis 10 millones de personas en todo el mundo: 5.6 millones de hombres, 3.2 millones de mujeres y 1.2 millones de niños. La tuberculosis está presente en todos los países y grupos etarios. No obstante, es curable y prevenible.
En ese mismo año contrajeron tuberculosis 1,2 millones de niños en todo el mundo. Sin embargo, los proveedores de salud suelen pasar por alto la tuberculosis infantil y adolescente, que puede ser difícil de diagnosticar y tratar.
También en 2019, los 30 países con una carga elevada de tuberculosis representaron el 87% de los nuevos casos de la enfermedad. Ocho países acaparan los dos tercios del total: encabeza esta lista la India, seguida de Indonesia, China, Filipinas, Pakistán, Nigeria, Bangladesh y Sudáfrica.
En la Argentina, en ese año, fueron reportados 12.499 casos; la mayor incidencia se observa en adultos jóvenes. La mayor tasa de notificación se ubica en el norte argentino, pero es en CABA y la provincia de Buenos Aires donde se concentra el mayor número de casos.
La tuberculosis multirresistente sigue representando una crisis de salud pública y una amenaza para la seguridad sanitaria. Tanto es así que en 2019 se detectaron y notificaron en todo el mundo un total de 206.030 personas con tuberculosis multirresistente o resistente a la rifampicina, lo que supone un aumento del 10% con respecto a las 186.883 personas de 2018.
A nivel mundial, la incidencia está disminuyendo en aproximadamente un 2% anual, y entre 2015 y 2019 la reducción acumulada fue del 9%. Esto supone menos de la mitad del camino para lograr el objetivo intermedio de la Estrategia Fin a la Tuberculosis, que consistía en alcanzar una reducción del 20% entre 2015 y 2020. Se estima, además, que entre 2000 y 2019 se salvaron 60 millones de vidas gracias al diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad.
Acabar con la epidemia de tuberculosis para 2030 constituye una de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) relacionadas con la salud.
Diego Canseco y Amalia Dellamea
Nota
*Se adjunta el documento completo, revisado y corregido, Unidos para poner fin a la tuberculosis: Una respuesta global urgente a una epidemia mundial. Political Declaration on the fight against Tuberculosis co-facilitators´ revised text.
https://plataformalac.org/wp-content/uploads/2018/09/Co-facilitators-Rev…
Referencias
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/tuberculosis
Boletín Epidemiológico, Tuberculosis en Argentina, Boletín 4, marzo 2021. https://bancos.salud.gob.ar/sites/default/files/2021-03/boletin-epidemio…
Stop TB Partnership. The Clock Is Ticking. World TB Day 2021 Theme. http://stoptb.org/news/stories/2021/ns21_006.html