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Hace poco más de 40 años, el científico argentino Adolfo De Bold cambió el paradigma sobre la función del corazón en la regulación de la presión arterial y el balance de iones y agua. El profundo estudio que realizó sobre las células cardíacas al microscopio, y el contenido de los gránulos que estas presentaban, lo llevó a realizar el descubrimiento del péptido natriurético atrial y la función endócrina del corazón. Más tarde, su trabajo permitió describir todo un sistema de péptidos natriuréticos que tienen la capacidad de actuar como hormonas cardíacas, pero también son sintetizados y liberados en otros órganos y tejidos. Por esto, su descubrimiento tiene un gran valor científico, clínico y farmacéutico.

Adolfo J. de Bold egresó de la carrera de Bioquímica en la Universidad de Córdoba y, hacia fines de la década de 1960, emigró a Canadá para continuar con sus estudios de posgrado. Se estableció en la Universidad de Queen’s en Kingston, Ontario, y unos años más tarde comenzó a publicar una serie de trabajos en los que describía la presencia de estructuras celulares en el músculo cardíaco auricular que, bajo el microscopio óptico, se asemejaban a los gránulos secretores del páncreas, un órgano endócrino clásico.

Hasta ese momento de la historia, el corazón se estudiaba y se entendía como un órgano que tenía una clara función: bombear la sangre a lo largo de todo el sistema circulatorio. La observación de esas estructuras granulares en las células musculares cardíacas le permitió postular a de Bold que el corazón podría tener alguna función endócrina. Más aún, encontró que esos gránulos estaban presentes en la aurícula, pero no en los ventrículos cardíacos, reforzando la idea de una función secretora específica.

Aunque esta era una hipótesis que también proponían otras investigaciones, aún no había evidencia que respaldara esta nueva función que se pretendía atribuir al corazón.

Durante la década de 1970, una serie de publicaciones de de Bold permitieron descartar que el contenido granular correspondía a moléculas ya conocidas, y mostraron que las estructuras granulares son capaces de responder a diversos cambios en el balance del contenido de iones y agua en el líquido extracelular. Finalmente, en 1981 publicó el artículo “A rapid and potent natriuretic response to intravenous injection of atrial myocardial extract in rats” en la revista Life Sciences (28(1):89-94. doi: 10.1016/0024-3205(81)90370-2). En este artículo, de Bold mostró, por primera vez, que el extracto de aurícula ejerce un efecto natriurético, es decir que aumenta la excreción renal de sodio, a la vez que presenta un efecto hipotensor, disminuyendo la presión arterial. Fueron necesarios dos años más de estudios, hasta que halló la estructura polipeptídica del factor responsable de estos efectos, al que hoy conocemos como péptido natriurético atrial.

Este descubrimiento significó una revolución en el área de la cardiología, ya que por primera vez se mostraba que el corazón podía no solo responder ante los cambios del balance hidrosalino, sino que también era capaz de modificar ese balance mediante la secreción de una hormona que le era propia.

Numerosas líneas de investigación alrededor del mundo científico se iniciaron a partir de su trabajo. El legado del trabajo de Adolfo J. de Bold continúa hoy, ya que sus hallazgos permitieron:

  1. el descubrimiento de un mecanismo de regulación de otros sistemas que aumentan la presión arterial y el volumen sanguíneo, como el sistema renina angiotensina;
  2. el hallazgo de una nueva familia de receptores de membrana, los receptores natriuréticos, cuya activación aumenta los niveles del segundo mensajero cGMP, capaz de mediar numerosas respuestas biológicas;
  3. el desarrollo de una clase nueva de agentes terapéuticos: los inhibidores de la endopeptidasa neutra, que actualmente se emplean en la insuficiencia cardíaca;
  4. y, tal vez el más relevante desde la perspectiva clínica, el desarrollo de una prueba objetiva, sencilla y económica para el diagnóstico de insuficiencia cardíaca, la medición de NT-proBNP, que es considerado gold standard en el diagnóstico y que permitió desarrollar criterios para guiar el tratamiento de esta patología.

Lamentablemente, a 40 años de la publicación de su artículo en Life Sciences, el 22 de octubre de 2021, falleció Adolfo de Bold en Ottawa, Canadá. Sin dudas uno de los científicos argentinos más importantes y de mayor reconocimiento a nivel mundial, y que continuó formando parte activamente de numerosas sociedades y academias de ciencias en nuestro país hasta sus últimos años.

Carolina Caniffi es bioquímica, doctora de la Universidad de Buenos Aires (UBA), jefa de trabajos prácticos de la Cátedra de Fisiología, Facultad de Farmacia y Bioquímica (UBA) e investigadora del Instituto de Química y Metabolismo del Fármaco (IQUIMEFA, UBA-CONICET).