El péptido natriurético tipo C (CNP, por sus siglas en inglés) presenta efectos beneficiosos sobre el control de la presión y en la reversión del daño a los órganos blanco inducido por la hipertensión arterial. Al mismo tiempo, el CNP no produce efectos colaterales indeseables, como hipotensión arterial y alteraciones funcionales y morfológicas, hechos que permiten postularlo en tanto una nueva estrategia terapéutica que podría combinarse con las drogas en uso para mejorar el tratamiento de la hipertensión y otras patologías cardiovasculares asociadas, según los datos obtenidos por la doctora Carolina Caniffi, que dieron origen a su tesis doctoral.
Caniffi realizó su trabajo de tesis bajo la dirección de las profesoras María de los Ángeles Costa y Cristina Arranz, en la cátedra de Fisiología de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires y el Instituto de Química y Metabolismo del Fármaco (IQUIMEFA), un instituto UBA-CONICET. La tesis mereció la calificación de 10 summa cum laude.
La hipertensión arterial (HTA) constituye el principal factor de riesgo en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, al estar asociada con complicaciones en diversos órganos. Así también, es uno de los factores de riesgo más importantes de enfermedad coronaria, insuficiencia cardíaca y renal, entre otras. Prestar atención a su desarrollo es fundamental dado que es una enfermedad letal, silenciosa e invisible, que rara vez provoca síntomas en sus etapas iniciales. Las enfermedades cardiovasculares son responsables de aproximadamente 17 millones de muertes por año en el mundo, casi un tercio del total. Entre ellas, las complicaciones de la HTA provocan anualmente 9,4 millones de muertes, y son la causa del 45% de las muertes por cardiopatías y del 51% por accidente cerebrovascular. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) afecta a mil millones de personas en el mundo, esto es a un 40% de los adultos mayores de 25 años.
El CNP pertenece a una familia de péptidos vasoactivos que incluye, además los péptidos ANP y BNP, ampliamente estudiados desde su descubrimiento, principalmente por sus propiedades diagnósticas. Estos dos últimos péptidos son producidos y almacenados en el corazón endócrino. En cambio, el CNP es generado principalmente por el tejido nervioso y el endotelio vascular.
“El péptido CNP ha tomado relevancia por sus acciones, entre las que se destacan sus efectos vasorrelajantes, antioxidantes, e inhibidor de procesos proliferativos e inflamatorios. Sin embargo, la mayoría de los mecanismos a través de los cuales ejerce sus efectos, así como sus acciones específicas sobre el sistema vascular, aún no están completamente dilucidados”, explica Caniffi.
El grupo de investigadores con que trabajó la autora de la tesis estudió los efectos del CNP en cultivos de células endoteliales humanas de vena del cordón umbilical, en ratas macho Wistar normotensas y en ratas espontáneamente hipertensas. Los resultados de las investigaciones muestran, por primera vez, los mecanismos responsables de la relajación del músculo liso vascular inducida por el CNP y sus efectos beneficiosos en la hipertensión arterial. Estudios previos en la célula endotelial, ya habían descripto el efecto del CNP sobre algunas funciones celulares. “En nuestro trabajo, encontramos que el CNP modula diversos procesos en estas células, entre ellos algunos que ya habían sido propuestos por dichos autores. El aumento de la expresión y fosforilación de la enzima sintasa de óxido nítrico (eNOS), y el consecuente aumento en la producción de óxido nítrico (NO), inducido por el CNP en las células endoteliales, aporta evidencia sobre la importancia del NO endotelial como mediador, al menos en parte, de los efectos vasculares de este péptido”, relata la autora.
Entre los resultados más significativos obtenidos pueden citarse que la administración crónica de CNP en ratas hipertensas disminuyó de manera significativa la presión arterial sistólica, al mismo tiempo que revirtió las alteraciones vasculares asociadas. Pero, más relevante aún, el CNP no afectó la presión arterial sistólica ni la función ventricular en las ratas control, lo que sugiere que no presenta efectos adversos sobre el sistema cardiovascular en condiciones fisiológicas. Otro resultado de interés es que el CNP aumentó la actividad de la enzima eNOS, tanto en la aorta como en el ventrículo izquierdo en ambos grupos de animales, lo que señala que la vía del NO participa en los efectos beneficiosos del CNP.
Si bien es cierto que los tratamientos farmacológicos experimentaron avances en las últimas décadas, alrededor de un 50% de los pacientes no logra controlar satisfactoriamente sus niveles de presión. Entonces, elucidar los mecanismos involucrados en el desarrollo de la hipertensión constituye hoy una urgencia a la vez que un desafío.
“Potenciar las acciones de este péptido –advierte Caniffi– requiere un conocimiento profundo de los mecanismos moleculares involucrados en sus efectos, más allá de su papel en la vasorrelajación. El reciente desarrollo de quimeras que combinan la estructura del CNP con la de otros péptidos natriuréticos, así como de fármacos que combinan la inhibición del sistema renina-angiotensina con la inhibición de la enzima responsable de la degradación de estos péptidos, muestra el creciente interés en el aprovechamiento de sus efectos beneficiosos para el tratamiento de patologías cardiovasculares. La comprensión de los mecanismos moleculares que median sus efectos, además permitiría intervenir en las vías de señalización que subyacen a los distintos procesos que este péptido regula. Así, futuros avances en el conocimiento del papel desempeñado por el CNP en la hipertensión arterial y en las patologías asociadas, podrían conducir al desarrollo de nuevas y mejores estrategias terapéuticas, con el objetivo no sólo de controlar la presión arterial dentro de valores normales, sino consecuentemente, de disminuir el daño de órgano blanco, principal responsable del deterioro en la calidad de vida y el riesgo de eventos cardiovasculares”.
Glosario
Óxido nítrico (NO): gas altamente difusible e inestable que se oxida rápidamente en presencia de oxígeno. La síntesis de NO se realiza por acción de una enzima, la óxido nítrico sintasa (NOS), a partir del aminoácido L-arginina. Existen tres formas de NOS: la endotelial (eNOS), la neuronal y la inducible. El NO producido por las células endoteliales difunde al músculo liso vascular donde induce su relajación, lo cual contribuye a disminuir los valores de presión arterial.
Sistema renina-angiotensina: sistema involucrado en la regulación de la presión arterial, el volumen sanguíneo y el balance de sodio y potasio en nuestro cuerpo.
Carolina Caniffi. Tesis doctoral: Mecanismos responsables de las acciones vasculares del péptido natriurético tipo C. Evaluación de los efectos beneficiosos de este péptido sobre las alteraciones asociadas a la hipertensión. Tesis doctoral. Facultad de Farmacia y Bioquímica. Universidad de Buenos Aires. 2014.