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A los pocos años de llegar a la Argentina desde Polonia, escapando de la segunda guerra mundial, en el seno de la familia Langer, nacía Salomón un 12 de octubre de 1936, como si la fecha de nacimiento en particular fuera un presagio de los numerosos viajes y grandes descubrimientos que iban a estar presentes en su vida. Estos últimos, están resumidos en más de 495 trabajos publicados que superan las 27000 citaciones, además participó activamente en el desarrollo de 5 medicamentos innovadores, e incluso fue nominado 3 veces al premio Nobel.

Luego de sus años de adolescencia transcurridos en el Colegio Nacional de Buenos Aires, con solo 24 años de edad obtuvo el título de médico, con galardón de medalla de Oro, en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA). El título de su tesis doctoral fue “Convulsiones audiógenas”, realizada en la cátedra de Fisiología que por aquel entonces dirigía el doctor Bernardo Houssay. En 1963, obtuvo una beca de la Fundación Rockefeller para unirse al Departamento de Farmacología de la Universidad de Harvard, comenzando a transformarse en el gran neurofarmacólogo que se consolidó con posterioridad. Allí se vinculó con uno de sus primeros mentores, Ullrich Trendelenburg (1921-2006), con quien generó una amistad para toda la vida.

En los comienzos de su investigación se centró en los mecanismos implicados en la supersensibilidad por denervación. Inmediatamente después (1967-1969) viajó a Inglaterra para trabajar en la Universidad de Cambridge en el Departamento de Farmacología bajo la dirección de Leslie Iversen, donde se centró en el estudio de la captación de norepinefrina (NE) y, luego, en el Instituto de Fisiología Animal bajo la dirección de Martha Vogt, donde se focalizó en el estudio de la regulación nerviosa de la liberación de NE y su metabolismo postsináptico. La formación recibida durante estos años lo llevó a ser parte del árbol genealógico de la neurociencia, un proyecto encarado por la organización Neurotree (ver bibliografía).

Durante esta estancia en la Universidad de Cambridge, según refirió el mismo Langer en una entrevista publicada en La Nación: “En 1968 recibí la visita de Houssay, que me indicó claramente que su expectativa era que regresara al país, y me dijo que se comprometía a hacer todo lo posible para que mi regreso fuera fructífero”. Es así que paralelamente en la Argentina a mediados de 1968, por iniciativa del mismo Houssay, fue creado el Instituto de Investigaciones Farmacológicas (ININFA) en el ámbito institucional del CONICET. Sus objetivos fundacionales eran favorecer el desarrollo de investigaciones en el área de la Farmacología y la formación de recursos humanos que asegurasen la continuidad del emprendimiento.

Inicialmente, el ININFA se instaló en laboratorios cedidos por la cátedra de Fisiología de la Facultad de Medicina. Sin embargo, a partir de 1972 y hasta la actualidad, tiene su sede en la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires. En 2005 se suscribió un nuevo convenio marco entre CONICET y la UBA, que incluyó al ININFA como instituto de investigación de pertenencia compartida entre ambas instituciones.

-1970- El director del ININFA, doctor Salomón Langer, recibe la visita de la doctora Martha Vogt, su mentora de la Universidad de Cambridge.

Continuando con la historia de Langer, debe decirse que regresó a la Argentina en marzo de 1969 como director del ININFA. Si bien yo solo tuve la oportunidad de conocerlo personalmente en una de sus vistas al instituto quedé impactada por su gran personalidad. Sus contemporáneos del instituto, lo recuerdan como una persona apasionada por su trabajo, disciplinada y de asistencia perfecta, que buscaba constantemente la perfección en todo lo que realizaba. Tanta dedicación, produjo rápidamente los primeros resultados (1971-1972), un descubrimiento de gran impacto en la farmacología y en la neurobiología: los receptores presinápticos que modulan la liberación de neurotransmisores. Según describió el propio Langer en la entrevista mencionada: “Cuando una neurona se comunica con otra, libera un transmisor químico (neurotransmisor) que actúa como una llave en una cerradura (receptor) que se encuentra en la otra neurona. Lo que en aquellos años no se conocía era que también existe una cerradura en el terminal del nervio de la primera neurona, y que su función es regular la cantidad de neurotransmisor liberado o, en otras palabras, el tamaño de la señal”.

Este mecanismo, la presencia de receptores presinápticos, representaba por aquel entonces mucho más que un concepto nuevo en neurobiología, constituía toda una ruptura en el paradigma de la época. Tal disrupción, según el mismo Langer confiesa: “No nos animábamos a hacer público nuestro trabajo. Estuvimos 6 meses para verificar que nuestra hipótesis era correcta y solo entonces decidimos hacerla pública”.

Finalmente, en los años subsiguientes, no solo se publicó este descubrimiento la existencia de los adrenoceptores alfa-2, sino que también fueron caracterizadas las diferencias farmacológicas entre estos últimos y los conocidos hasta el momento como los adrenoceptores alfa 1 de localización postsináptica. Más allá de los temores iniciales, en 1986, el Current Contents, una base de datos científica que registra entre otras cosas las veces que un trabajo científico es citado por sus pares, lo premió por haber sido uno de los 250 más citados entre 1955 y 1985. Años más tarde, en 1997, fue designado por la British Pharmacological Society como uno de los 35 artículos más importantes publicados en los últimos 50 años.

Estos descubrimientos realizados en el ININFA y encabezados por Langer no solo colocaron en una posición de prestigio al propio investigador sino que ese reconocimiento desbordó al posicionamiento de excelencia que supo tener el ININFA. Durante los años siguientes (1975-1976) su investigación en el ININFA se centró en proporcionar la primera evidencia de la cotransmisión de NE y ATP “in vitro” e “in vivo” en la membrana nictitante del gato.

Sin embargo, los cambios políticos producidos en nuestro país en 1976, también llevaron a Langer a realizar un cambio en su vida, de esta forma luego de un corto paso como jefe del Departamento de Farmacología en Wellcome Research Laboratories en Beckenham (Kent, Reino Unido), en ese mismo año fue nombrado director de Biología en Sanofi-Synthélabo Research en París. Entre 1979 y 1980, su equipo de investigación describió un sitio de unión específico de alta afinidad en el receptor de serotonina para imipramina y más tarde con paroxetina, lo que permitía modular su actividad. De hecho, la unión de paroxetina se usó como marcador de la purificación del receptor para su posterior clonación y expresión. A lo largo de la década de 1980, Langer continuó su trabajo sobre los autorreceptores presinápticos que regulan la liberación de NE, DA y 5-HT.

-2010- Visita del doctor Salomón Langer (medio izquierda) al ININFA, acompañado de quien fuera su primer becario doctoral, el doctor Modesto Rubio (derecha) que para esa fecha era director del ININFA, y de la vicedirectora doctora Eda Adler (centro derecha). La doctora Stella Celuch (izquierda) inició su doctorado bajo su dirección hasta que viajó a Francia.

Durante los 23 años en Synthelabo se convirtió en el Director de Investigación y luego el Vicepresidente de la compañía. En ese tiempo desarrolló cinco compuestos de amplio uso clínico como son el diltiazem, un antagonista del calcio, y el betaxolol, un antagonista selectivo del adrenoceptor beta-1 para la hipertensión y también para uso local en el tratamiento del glaucoma. El zolpidem, un agonista completo selectivo de la subunidad alfa-1 del receptor de benzodiazepina-GABA-A, inductor del sueño para el tratamiento del insomnio, y finalmente, la mizolastina, un antagonista del receptor de histamina H-1 de acción periférica que también inhibe la formación de leucotrienos, para enfermedades alérgicas.

En 2000, Langer se mudó a Israel, donde continuó con proyectos de investigación en el descubrimiento de fármacos para la depresión mayor y la enfermedad de Alzheimer. Finalmente, en 2014, fundó la compañía farmacéutica Synaptic Pharma Ltd., donde aún es CEO, para desarrollar Eliprodil, un antagonista no competitivo del receptor ionotrópico NMDA para una acción antidepresiva de inicio rápido en pacientes con depresión severamente resistente a los medicamentos.

Carolina Ghanem es bioquímica, farmacéutica y doctora de la Universidad de Buenos Aires (UBA), investigadora adjunta del CONICET en el Instituto de Investigaciones Farmacológicas (ININFA) y jefa de trabajos prácticos de la Cátedra de Fisiopatología de la Facultad de Farmacia y Bioquímica – UBA.

Bibliografia

https://neurotree.org/beta/tree.php?pid=21863
https://www.lanacion.com.ar/salud/academicamente-nid220919

Langer, S. Z.; Vogt, M. L. Noradrenaline release from isolated muscles of the nictitating membrane of the cat. Physiol. 1971 April; 214(1): 159–171.

Langer, S. Z.; Adler Graschinsky, E.; Giorgi, O. Physiological significance of α-adrenoceptor-mediated negative feedback mechanism regulating noradrenaline release during nerve stimulation. Nature , 1977, vol. 265, no. 5595, pp. 648-650.

Langer, S. Z.; Arbilla, S.; Tahraoui, L.; Lee, C. R. Association of high affinity 3h-imipramine binding sites with the serotonin transporter; possible role of endogenous modulators. Clinical Neuropharmacology. Clin Neuropharmacol, 1984, vol. 7.

Langer, S. Z. Presynaptic regulation of the release of catecholamines. Pharmacl Reviews 1980; 32:337-62.