Un confinamiento al cuadrado. ¿Cómo viven el confinamiento los que ya están confinados, incluso muchos de ellos de por vida, en instituciones psiquiátricas? El ´adentro´ y el ´afuera´ parecían estar claros pero, de repente, acaece una pandemia… y los de afuera también están adentro; en un adentro otro, pero adentro, al fin.
Son diversas las investigaciones que sugieren la existencia de alteraciones psicológicas asociadas al confinamiento de larga duración, desde síntomas aislados hasta trastornos complejos, como insomnio, ansiedad, depresión, en algunos casos con un deterioro marcado de la funcionalidad y el trastorno por estrés postraumático. ¿Será posible que con esta vivencia de la humanidad en pandemia se haya logrado un mejor entendimiento de aquellos pacientes con enfermedades mentales que requieren especial atención y en muchos casos internación?
Ante esta inesperada situación de pandemia, los pacientes que ya se encontraban en confinamiento han experimentado un doble encierro, que ha acentuado la desconexión social; al no poder recibir visitas, accedieron a menos personas o contactos que les pudieran informar y explicar constantemente sobre las medidas, el riesgo y las normas de cuidado establecidas, porque, además, se suspendieron los dispositivos grupales y de talleres. Por otra parte, no todos los pacientes cuentan con celulares y, por supuesto, el contacto con el otro requería la distancia necesaria y preventiva, porque la urgencia está en no contagiarse.
Cabe mencionar que los pacientes con antecedentes de enfermedad mental tienen un mayor riesgo del contagio de la covid-19, lo que está relacionado generalmente con una conducta desorganizada, que hace que incumplan con el tratamiento. En algunos casos, esta dificultad para seguir las reglas puede llegar a precipitar comportamientos imprudentes, como el uso inadecuado del tapabocas o barbijo, o el distanciamiento físico necesario, lo que implica que los pacientes se acercan bastante a las personas para hablar debido a que tienen poca conciencia de riesgo, por tal razón es el doble de riesgo de infectarse por el coronavirus y el doble de riesgo de morir de covid-19 si están infectados.
También, porque las personas que viven en las instituciones presentan, generalmente, patologías previas como diabetes, obesidad, hipertensión, enfermedades respiratorias o cardiovasculares. Estas condiciones con interacción de diversos factores, en un proceso dinámico de circunstancias, podrían llegar a determinar un grado de mayor vulnerabilidad, entendiendo este estado como “la condición interna de un sujeto o grupo expuesto a una amenaza, evento traumático, que corresponde a su disposición intrínseca para ser dañado”, según un trabajo publicado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Sin embargo, el ingreso de una persona al ámbito hospitalario probablemente sea, en muchos casos, “la única ocasión que tiene de recibir una atención preventiva, clínica, social o de rehabilitación”, como advierte el médico psiquiatra Maximiliano Kelmansky, jefe la Sección Asistencial N° 24 del Hospital Interdisciplinario Psicoasistencial José Tiburcio Borda. También señala que al transitar ese camino, la institución y el grupo terapéutico llegan a ocupar un espacio intermedio “como espacio transicional… (que) permite a estos pacientes pasar de una posición de objeto a una posición subjetiva”. Que es de real importancia, ya que, para un tratamiento efectivo, además de la medicación farmacológica, entran en juego otros factores, como la personalidad, las características de su familia, de su entorno y, por supuesto, también las características y la naturaleza del equipo tratante, como señala por su parte, el doctor Juan José Vilapriño, jefe del Servicio de Guardia del Hospital Escuela de Salud Mental El Sauce, de Mendoza.
Pero debido a los constantes cambios y medidas que se han tomado en cuarentena, y que generaron cambios de las rutinas, el estrés agregado que ha sufrido esta población podría llevar a desestabilizarlos, lo que dificultaría la adherencia al tratamiento. “Los enfermos mentales graves, como los que vemos en nuestro hospital –indica el psiquiatra Kelmansky– presentan una disfunción neuropsicológica que les impide, en muchos casos, vivir por sus propios medios y este deterioro producido por la enfermedad se agrava porque con frecuencia no tienen donde alojarse, ni familiares o lazos sociales a los que puedan recurrir”. Además de tener que lidiar con el estigma de la enfermedad psiquiátrica, “estigma” que tiene fuerte origen en aspectos socioculturales, que no solo atraviesan al paciente, según Vilapriño, quien además reflexiona: “El estigma tiene que ver con los equipos tratantes, muchas veces nosotros mismos tenemos esos estigmas a la hora de tomar decisiones”.
La pandemia tiene sus dificultades, pero a la vez brinda oportunidades y exige de nosotros creatividad, adaptación, sensibilidad y fundamentalmente compromiso con el tratamiento, concluye así Vilapriño, quien además es profesor adjunto del Área de Psiquiatría de la Universidad Nacional de Cuyo.
LA COLIFATA: PARA CREAR PUENTES DONDE HAY MUROS
Entonces, si de creatividad se trata, debemos rescatar la labor de LT 22 Radio La Colifata (FM 100.3 Frecuencia Colifata), creada en agosto de 1991 como medio de comunicación del Hospital Borda, una radio de los internos y exinternos del hospital, que fue la primera en el mundo en transmitir desde un neuropsiquiátrico, con la intención de que los pacientes pudieran desenvolverse mejor y reinsertarse en la sociedad. Para ello, se desarrollan actividades en el área de investigación y se brinda servicios en salud mental utilizando los medios de comunicación para la creación de espacios en salud. Lo que hace La Colifata es “crear lo que llamamos espacios en salud”, articulando procesos clínicos y terapéuticos en personas atravesadas por algún tipo de dificultad, con procesos colectivos y sociales, que van construyendo soluciones a lo que son problemas, explica el licenciado en Psicología por la UBA Alfredo Olivera, fundador de radio La Colifata. Nada mejor que rescatar la voz de sus propios actores, así, en una de sus tantas trasmisiones en la radio online, proclamó emocionado un colifato: “La Colifata le dio voz a los que no tienen voz y derrumbó los muros que la sociedad levantó”, porque como enfatizó otro interno: el neuropsiquiátrico “es como una cárcel, pero sin rejas”.
A partir de esta experiencia, iniciada hace treinta años, Olivera ha desarrollado un nuevo modelo terapéutico de salud mental comunitaria que rompe la parálisis y el aislamiento en que viven los pacientes y los conecta con el resto de la sociedad. El modelo de La Colifata se ha replicado en diferentes países del mundo: Suecia, Alemania, España, Uruguay, Francia, Italia y Chile. Olivera ha brindado asesoramiento a las que funcionan en España, Chile, Francia, Italia y la Argentina.
La Colifata en pandemia: lazos de esperanza en confinamiento. Alfredo Olivera se estableció en Francia hace 9 años pero ha continuado trabajando desde allí para La Colifata de Buenos Aires. El año pasado, la declaración de la pandemia global y el establecimiento de las cuarentenas lo encontró trabajando en un servicio en salud mental francés, con lo que, junto con su equipo, debió suspender todas las actividades de grupo. Por suerte, días antes de que se declarara la cuarentena estricta trasladó los equipos de radio a su casa y, junto con uno de sus colegas, montaron el CATTP (Centre d’activité thérapeutique à temps partiel).
Continuaron realizando a distancia por la radio y con el streaming de La Colifata Francia los talleres que se hacían de modo presencial, logrando así espacios en vivo con gente interconectada a través de distintas plataformas. Después de un mes de desarrollar la experiencia en Francia, y al comprobar que funcionaba muy bien, decidieron hacer lo mismo en Buenos Aires. Durante el primer mes el estudio para realizar las transmisiones de los sábados funcionaba desde París, pero después una compañera montó el estudio en su casa en Buenos Aires, como relató Olivera en una entrevista con Al Margen. “Ya llevamos varios meses desarrollando muchas actividades con La Colifata”, explica y agrega que transmiten durante la semana, y los sábados lo hacen en vivo por el 100.3, permitiendo que muchas personas sigan ejerciendo el derecho a la palabra y continúen su proceso, que también tiene un costado ligado a lo clínico y a lo terapéutico.
Por tal motivo, la radio en pandemia intentó montar un “nuevo afuera”, sostenido entre muchas personas doblemente confinadas y otros que ya salieron del hospital, en una especie de collage, cuenta Olivera, con efectos conmovedores como, por ejemplo, el caso de José del Servicio N° 21, que era el único que tenía celular, por lo que se constituyó en corresponsal ahí adentro. En una de las trasmisiones en directo José presentó a Ramón, quien manifestó extrañar ¡el piano! Cuando su hermana lo escuchó, le hizo llegar un pianito. Fue así como Ramón musicalizó desde el Servicio 21 del Hospital Borda el noticiero que Mario Maneiro, ya externado, hacía, bajo el título “Noticias del manicomio de afuera, para los que están adentro”. Entonces, enuncia el psicólogo, “algo de la ilusión del encuentro encendía la emoción”. De esa forma, la magia de la radio acortó distancias y, en tiempo de pandemia, construyó puentes de esperanza.
COMO COLOFÓN
Se ha visto que a nivel mundial, durante la pandemia la población general ha experimentado algún tipo de confinamiento, y han podido identificarse diversos grupos vulnerables, así como aquellos factores sociales, culturales y particulares que influyen en la reacción de las personas de manera diferente. Pero los pacientes internos en instituciones psiquiátricas son verdaderamente “los expertos en confinamiento, personas que viven sistemáticamente apartadas del mundo exterior, tienen larga trayectoria y larga experiencia en esto; después estamos nosotros experimentando lo que ellos vienen ya experimentando de mucho tiempo”, manifiesta Olivera. Aunque “para llegar a realizar o no determinadas conductas existen otras variables psicológicas directa o indirectamente involucradas –como resalta el análisis publicado en la reciente edición de Cuadernos de Neuropsicología– por ejemplo, lo que piense o no piense acerca de una enfermedad, el conocimiento con respecto a la enfermedad y sus riesgos, las creencias racionales o irracionales de la enfermedad, la percepción de riesgo o que yo crea o no crea que puede afectarme a mí”.
Pero hay un problema social grave a nivel mundial, que aún no hemos logrado resolver del todo: la estigmatización de la enfermedad mental. Como un ejemplo de las acciones que intentan contrarrestarlo, las farmacias de Cantabria en España implementaron la campaña “Abre tus ojos” para generar conciencia y luchar contra el “estigma” que sufren quienes padecen enfermedades mentales. Según el psicólogo Olivera “hoy mismo para descalificar algo dicho por cualquier otro, se apela a la locura. Y eso impacta en la identidad de quien alguna vez fue diagnosticado”. Por todo eso y más, es importante “sumar esfuerzos en la lucha contra los prejuicios que existen en torno a la salud mental”, señala Rita de la Plaza, presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Cantabria. Entonces, seamos el cambio que queremos lograr, como personas, como profesionales, como familia y como ¡amigos! Con creatividad, empatía, tolerancia, respeto y amor. Porque para muchos pacientes internos en los hospitales psiquiátricos, el encierro es una historia sin fin. A pesar de ello, aun cuando la vida resulta demasiado extraña, demasiado imposible, demasiado espantosa, siempre hay una última esperanza…
Alizon Montealegre Pérez es licenciada en Psicología. Maestranda en Neurociencias del Departamento de Psiquiatría y Neurociencias de la Universidad Maimónides. Como psicóloga visitante, realizó talleres grupales de Rehabilitación en el Hospital José T. Borda. Se formó como comunicadora en salud en la Sociedad Argentina de Periodismo Médico (SAPEM) de la Asociación Médica Argentina (AMA).
Nota: para escuchar La Colifata, http://www.alsolnet.com/stream/lacolifata/
Página de La Colifata: https://lacolifata.com.ar/
Transmite en directo los sábados a partir de las 14.30
Bibliografía
Colegio de Farmacéuticos, Sanidad y ASCASAM. Las farmacias cántabras emprenden una campaña para luchar contra el `estigma´ de los trastornos mentales. Europa Press. 2020. Disponible en: https://fotos.europapress.es/fotonoticia/f3411774/
Kelmansky M. La práctica clínica hospitalaria en tiempos de incertidumbre. Salón de comunicaciones científicas. Primer Congreso virtual de Psiquiatría y Salud Pública. Narrativas en Pandemia (APSA) 2020. Disponible en: https://www.apsavirtual.com.ar/programa2020.php
Olivera A. 29 años con La Colifata “Utilizar la magia de la radio para sentirnos cerca en la distancia” (Audio Podcast). 11 de agosto de 2020. (Consultado el 27 de noviembre de 2020) (00:18:30). En: https://almargen.org.ar/2020/08/11/29-anos-con-la-colifata-utilizar-la-m…
Olivera A. La locura, el encierro y la pandemia. “Hoy mismo para descalificar algo dicho por otro se apela a la locura” (Audio Podcast). 11 de septiembre de 2020. (Consultado el 2 de diciembre de 2020) (00:16:55). Disponible en: https://www.radioconvos.com.ar/notice/5f5980e70dc60a16357ced8b/hoy-mismo…
Radio La Colifata. Trasmisión Online Colifata 24 h FM 100.3. 2020. www.alsolnet.com/stream/lacolifata
Vera-Villarroela P. Psicología y COVID-19: un análisis desde los procesos psicológicos básicos. Cuadernos de Neuropsicología, Panamerican Journal of Neuropsychology, 2020, Vol. 14 Nº1 10-18. Disponible en: http://www.cnps.cl/index.php/cnps/article/view/393/440
Vilapriño J. Adherencia al Tratamiento Psicofarmacológico en tiempos de pandemia (Fichero de vídeo). 29 de septiembre de 2020. (Consultado el 3 de octubre de 2020) (00:32:18) Curso de Psicofarmacología. Primer Congreso virtual de Psiquiatría y Salud Pública. Narrativas en Pandemia (APSA). https://www.apsavirtual.com.ar/programa2020.php
Unidad de Salud Mental, Abuso de Sustancias y Rehabilitación (THS/MH), Tecnología y Prestación de Servicios de Salud (THS), Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS). Protección de la Salud Mental en situaciones de epidemias.